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Arquitectos: Alejandro Castro, TaAU, Taller de Arquitectura-Mauricio Rocha
- Área: 359275 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Ana Paula Álvarez, Aldo Belenda
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Partiendo de tener una identidad urbana y práctica, la intervención integral del Malecón de Villahermosa buscó restablecer la comunicación de la población con la naturaleza del Río Grijalva, que con el pasar del tiempo se había perdido y que ha sido clave para el desarrollo sociocultural y económico de la ciudad de Villahermosa. La construcción de un muro de contención en los bordes del río producto de una inundación pasada, fue una solución funcional al problema, pero con el tiempo hizo que la relación entre el entorno natural y los habitantes de la ciudad se fracturara.
Con una longitud de 6 km lineales a ambos lados del rio, la propuesta urbanística y arquitectónica del Malecón de Villahermosa, se rigió por un plan maestro impulsado por SEDATU, que incluyó la creación del andador peatonal con vistas panorámicas al río. Además, se crearon diversas áreas recreativas y deportivas como campos de beisbol, canchas de basquetbol, futbol, un skatepark, juegos infantiles, pabellones y tres edificios para restaurantes y kioscos cuyo diseño se integra armónicamente con el paisaje natural y es un generador de empleo que atrae al turismo local, nacional e internacional.
Se rehabilitó la zona cultural, interviniendo la fachada del Museo del Antropología Regional con una celosía obra del artista Carlos Pellicer. Se incorporó una ciclovía en todo el recorrido que propicia la movilidad no motorizada y se trabajó en la rehabilitación de muelles y embarcaderos para que tuvieran accesibilidad y conexión con el río. El proyecto incluyó la renovación de banquetas, la creación de cruces peatonales seguros en área vehicular incluyendo rampas de acceso y elementos para personas con discapacidad audiovisual, se implementó un nuevo proyecto de iluminación, así como el mejoramiento de vegetación nativa de bajo mantenimiento en las calles para generar sombra y en las riberas del rio.
La intervención incluye también un trabajo de rescate de más de 125,000 m2 en la ribera del río. Este espacio se reforestó con vegetación nativa de bajo mantenimiento y fue dotado de juegos infantiles, bancas, mesas, áreas contemplativas, andadores peatonales, alumbrado público y parques pensados para coexistir con el río, incluso cuando éste crezca. Estas zonas fueron concebidas como espacios que pueden inundarse durante una temporada del año y luego resurgir para que los habitantes vuelvan a disfrutarlos y recorrerlos. Por su parte, la vegetación ayuda a regular la temperatura y es una entrada de materia orgánica al río.
El proyecto buscó que la arquitectura resista al tiempo, que permita entender la lógica cultural y humana de quien la va a habitar, cuáles son sus usos, costumbres y que sea una arquitectura sensible. Hacer la arquitectura elegante y creativa en su construcción intelectual y contemporánea, se convierte en una articulación compleja que embellecen, subrayan y dignifican lo más importante, que es la naturaleza y la ciudad.