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Arquitectos: Taller Capital
- Año: 2023
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Fotografías:Rafael Gamo, Alejandra Romo, Loreta Castro Reguera
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Parque Bicentenario es una intervención de veinte hectáreas en Ecatepec, el segundo municipio más poblado de México, que forma parte de la zona metropolitana de Ciudad de México. Está construido sobre un antiguo espacio público vallado y abandonado. Su transformación combina estrategias de infraestructura suave para la gestión del agua a través del espacio público, atendiendo tanto a necesidades sociales como medioambientales.
El diseño es el resultado de un sistema constructivo eficiente para edificar terrazas de retención de agua y control de la erosión en un terreno con pendiente. Los muros de contención de concreto en forma de L y una cantidad muy limitada de detalles arquitectónicos, como graderías y rampas, hacen el trabajo. El proyecto integra el paisaje, la gestión del agua y el diseño urbano en una tipología en la que el proyecto funciona como un agente activo para el mejor funcionamiento de los contextos ambiental y urbano.
Para hacer frente a la inseguridad y la delincuencia se retiró la valla circundante. La el proyecto ahora conecta los barrios al norte y sur del parque, alargando antiguos callejones sin salida y diseñándolos como elementos de movilidad peatonal y programa, que atraviesan la intervención, y permiten la conectividad . Se añadió una torre mirador en la zona menos visitada, potenciando su uso por parte del público, al tiempo que se ha convertido en un importante elemento de vigilancia. Un sistema de iluminación permite el uso nocturno del espacio. Se eliminó la vegetación de porte bajo para favorecer las vistas cruzadas, al tiempo que se multiplicó el arbolado para ganar espacios de sombra.
El proyecto introdujo actividades sobre las nuevas calles transversales: se añadieron zonas de juegos, calistenia y parkours. Se colocaron una serie de nuevos espacios de descanso y quioscos ubicados en distintas partes dentro del parque. Las estructuras sanitarias preexistentes y deterioradas se reciclaron, convirtiéndose en edificios que permiten la permeabilidad sonora, la luz y ventilación natural.
El Parque Bicentenario está profundamente vinculado a su contexto ambiental, favoreciendo la capacidad del territorio de gestión del agua. Su diseño responde a su ubicación en la ladera, que proporciona un entorno ideal para la infiltración natural del agua de lluvia y la escorrentía, reponiendo el acuífero en la cuenca de Ciudad de México, muy sobreexplotada. Por ello, la principal estrategia de diseño consistió en transformar la ladera en un terreno aterrazado, un método histórico para mitigar la erosión, retener el suelo y fomentar la retención del agua. Todas las terrazas del parque están rellenas de tezontle, una grava volcánica local porosa que retiene el agua y sirve de esponja, canalizando lentamente la lluvia y la escorrentía hacia el subsuelo. Este método también ha demostrado su eficacia para mitigar las inundaciones y evitar la erosión en toda la zona del parque. Además, ha facilitado el crecimiento de 450 árboles plantados para mejorar la cubierta de copas. Además, se construyó una cuenca reguladora de 17.500 m3 para captar la escorrentía de un arroyo estacional que antes inundaba la zona urbana aguas abajo y cuyo líquido tenía como fin el sistema de drenaje urbano.
Esta intervención ha transformado las condiciones del antiguo parque, cuyo diseño de alto mantenimiento creaba una percepción negativa entre la comunidad. Hoy se ha convertido en una importante infraestructura suave para la gestión del agua que, decididamente, ha mejorado la relación de la comunidad con el su entorno ambiental y urbano inmediato.
El Parque Bicentenario es un excelente ejemplo de cómo los proyectos de arquitectura, paisajismo y diseño urbano pueden transformar el espacio de forma retroactiva y positiva. Se diseñó para una zona informal de la ciudad ya asentada: desconectada dentro de sí misma, prototípica de inseguridad, carente de espacios abiertos de buena calidad y con enormes problemas de gestión del agua. El diseño tuvo esto en cuenta, dando forma a la propuesta como respuesta directa a ellos.
Estamos convencidos del poder de la Arquitectura para convertirse en un agente de transformación urbana, restableciendo una relación armoniosa con el entorno y proporcionando lugares seguros para el encuentro de los seres humanos. Nuestra profesión es capaz y necesita comprometerse a fondo con soluciones para los actuales problemas ecológicos y sociales del mundo. Siempre ha sido un detonador de la transformación medioambiental. En las condiciones actuales, debe convertirse en una poderosa herramienta para restablecer el equilibrio.