Colores vibrantes, mesas de ping pong, videojuegos, comida gratis y decoraciones extravagantes. Las fotografías de las oficinas de Silicon Valley de principios de la década del 2000 dieron la vuelta al mundo, como modelo de entornos laborales ideales y disruptivos, meticulosamente diseñados para atraer y retener talento en un mercado laboral altamente competitivo. Eran el extremo opuesto de los famosos cubículos de décadas anteriores. Sin embargo, con el tiempo, estas mismas empresas han invertido en crear entornos de trabajo más saludables y dinámicos, especialmente con un mayor contacto con la naturaleza y una mejor ergonomía para los empleados. Entre las innovaciones, han ganado terreno los llamados "escritorios de pie", que ofrecen flexibilidad y promueven una cultura de salud y bienestar. Tener la flexibilidad de trabajar de pie o sentado fomenta un mayor movimiento a lo largo del día y está demostrado que mejora el estiramiento, quema más calorías e incluso aumenta la concentración.
De hecho, los cuerpos humanos evolucionaron para ser activos. Nuestros ancestros cazadores-recolectores estaban en constante movimiento, caminando largas distancias, recolectando comida, cazando y realizando diversas tareas físicas. Este estilo de vida activo ha moldeado nuestra fisiología para que se adapte mejor al movimiento que a la inactividad prolongada. Estar sentado durante mucho tiempo se ha relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Así lo demuestra esta investigación, publicada en Science Daily, que indica que permanecer sentado durante largos períodos provoca un aumento del 147% de eventos cardiovasculares y un mayor riesgo de sufrir trastornos metabólicos, como diabetes tipo 2. Los problemas musculoesqueléticos, como dolor de espalda y cuello, también son comunes debido a la mala postura provocada por estar muchas horas sentado.
Según la American Heart Association, se recomienda que los adultos pasen menos tiempo sentados y realicen al menos 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada durante la semana para compensar algunos de los riesgos de ser sedentarios. El hecho de permanecer de pie durante más horas puede contribuir a varios aspectos en este caso. Puede aumentar el flujo sanguíneo y la circulación, alcanzando mayores niveles de energía y una mejor concentración. De hecho, algunos estudios también sugieren que los escritorios de pie pueden incrementar la productividad. Sus beneficios incluyen quemar calorías y reducir el riesgo de obesidad, como lo demuestra una investigación de la Clínica Mayo que exhibe que estar de pie quema más calorías por minuto que estar sentado (Revista Smithsonian). Esto también contribuye a reducir los niveles de azúcar en sangre. Los estudios indican una reducción del 43% en los picos de azúcar en sangre después de las comidas cuando se utilizan escritorios de pie (The Work Medic). A su vez, pueden mejorar el estado de ánimo, los niveles de energía y la productividad, y es más, los empleados informan mayor comodidad, concentración y productividad al usarlos.
Pero, más allá de los beneficios para la salud y la productividad, este mobiliario puede crear oficinas más dinámicas y relajadas. Es decir, se pueden crear ambientes que van desde casuales hasta formales, dependiendo de la configuración utilizada y la propuesta de espacio. Los muebles juegan un papel crucial en la creación de estos ambientes. Los escritorios y sillas ajustables son esenciales para promover la comodidad y la productividad de los empleados. La posibilidad de trabajar de pie, por ejemplo, con mesas altas en las zonas de transición, no sólo ofrece una alternativa ergonómica, sino que también puede aumentar la interacción y la dinámica entre los empleados. Estas soluciones de diseño tienen en cuenta las diversas necesidades de los trabajadores modernos, proporcionando espacios que permiten tanto la colaboración como la concentración, además de mejorar la experiencia general en el lugar de trabajo.
El uso de un escritorio de altura ajustable, también conocido como escritorio para sentarse y pararse, requiere cierta adaptación. Inicialmente, se recomienda comenzar con 30 a 60 minutos de pie por día e ir aumentando este tiempo gradualmente. Al establecer la altura, es importante asegurarse de que la altura del escritorio sea ideal tanto para sentarse como para estar de pie. Para sentarse, ajuste su escritorio de modo que sus codos formen un ángulo de 90 grados o ligeramente abiertos (100-110 grados) cuando sus manos estén sobre el teclado. Para estar de pie, mantenga el mismo ángulo de los codos, con los antebrazos paralelos al suelo o ligeramente inclinados hacia abajo. Coloque la parte superior del monitor al nivel de los ojos o ligeramente por debajo, aproximadamente a un brazo de distancia de su cara para minimizar la fatiga visual.
Al estar sentado también es interesante utilizar un reposapiés si no están apoyados en el suelo para mantener los muslos paralelos al piso. Se recomienda tomar descansos breves con regularidad para moverse y estirarse, centrándose especialmente en el cuello, los hombros, la espalda y las piernas, y personalizar la configuración de su estación de trabajo según su comodidad y cualquier signo de incomodidad, ya que las necesidades individuales pueden variar. Siguiendo estas recomendaciones ergonómicas es posible optimizar el uso de un escritorio de altura regulable, reduciendo las molestias y aumentando la productividad. Además, es importante reconocer las diferencias individuales en postura y hábitos de trabajo. No existe una postura universal para estar de pie; ya que esta varía según la tarea y la comodidad de cada individuo. Encontrar una forma cómoda y energéticamente eficiente de estar de pie mientras se trabaja es clave.
Los escritorios ajustables representan un cambio significativo hacia entornos de trabajo más saludables. Al promover el movimiento, mejorar la postura y reducir los riesgos asociados con estar sentado durante mucho tiempo, contribuyen a una mejor salud física, mayores niveles de energía y un posible aumento de la productividad. Adaptarse a su uso puede ser un proceso personalizado, pero sus beneficios los convierten en una valiosa adición a los lugares de trabajo modernos, ya sea en oficinas o en el hogar.