La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que más de la décima parte de la población mundial, aproximadamente 800 millones de personas, practican la agricultura urbana en todo el mundo. En los Estados Unidos, millones de ciudadanos carecen de acceso a supermercados. Los agricultores urbanos desempeñan aquí un papel crucial en la solución de los problemas de seguridad alimentaria en las ciudades.
Históricamente, la distancia entre las zonas rurales y urbanas nunca ha sido mayor, lo que hace que las fuentes de alimentos rurales tradicionales sean considerablemente inaccesibles. Las ciudades se desarrollaban alrededor de mercados centralizados que llevaban productos de las tierras de cultivo a los centros urbanos. Hoy en día, la agricultura urbana está revitalizando esta conexión entre los habitantes de la ciudad y los productos agrícolas.
La agricultura urbana implica el cultivo de plantas y la cría de animales en y alrededor de entornos urbanos. Tradicionalmente una actividad rural, la adopción creciente de técnicas agrícolas en áreas urbanas se deriva de los avances tecnológicos en agricultura, junto con la necesidad de métodos de producción y consumo más sostenibles. El habitante urbano típico de hoy en día tiene poco conocimiento de dónde o cómo se produce y distribuye los alimentos. La agricultura urbana permite a los ciudadanos estar más cerca de la producción de alimentos e incluso ser participantes activos.
En los Estados Unidos, la agricultura urbana tiene raíces históricas que se remontan a la era colonial. Los colonos introdujeron inicialmente la idea, y a medida que las ciudades se expandieron, los jardines se adaptaron para maximizar la producción de alimentos en un espacio mínimo. En el siglo XIX, los jardines urbanos se consideraban económicamente poco importantes; sin embargo, en el siglo XX, se utilizaron para diversos fines, como el suministro de alimentos en tiempos de guerra, proyectos de embellecimiento urbano y centros de aprendizaje.
La década de 1970 marcó el comienzo de su renacimiento, como se ve hoy en día. El movimiento cobró impulso en la década de 1990, conectando las granjas urbanas con el activismo en pro de la justicia ambiental, la promoción de alimentos locales, los esfuerzos de sostenibilidad y las campañas de salud comunitaria. La pandemia de COVID-19 en 2022 aumentó aún más el interés en la agricultura urbana, enfatizando la necesidad de sistemas alimentarios resilientes. Metrópolis como la Ciudad de Nueva York, Detroit y Washington D.C. exhiben diferentes formas de agricultura urbana, incluyendo granjas verticales, invernaderos en azoteas y jardines comunitarios.
La agricultura urbana puede desempeñar un papel fundamental en el apoyo a los sistemas alimentarios locales, así como en el fomento de la construcción de comunidades y la copropiedad en los vecindarios. Los estudios muestran que las granjas urbanas y los jardines comunitarios se correlacionan con un aumento del valor de las viviendas y los ingresos familiares, fomentando el espíritu empresarial en el sector alimentario local.
La Granja de Ohio City es un ejemplo exitoso de enfoques integrados de desarrollo económico y comunitario a través de la agricultura urbana. La granja de seis acres es una colaboración entre la autoridad local de vivienda, un grupo de defensa de los refugiados, la cercana cervecería Great Lakes y entidades locales de desarrollo comunitario. Creada para consolidar a Ohio City como un centro regional de alimentos, la colaboración ha ayudado a desarrollar un grupo de parcelas de granjas urbanas y crear la infraestructura de apoyo para que los productores locales vendan sus productos. Ha creado empleos y capacitado a algunas de las poblaciones más vulnerables de la ciudad.
La agrotecnología desempeña un papel clave en la conversión de fábricas y almacenes para la agricultura comercial bajo techo, reduciendo los costos de transporte y las emisiones de gases de efecto invernadero. Al activar lotes vacantes, repensar espacios subutilizados y convertir fábricas existentes, las granjas urbanas pueden ayudar a aumentar la biodiversidad local.
Un estudio de la Ciudad de Nueva York descubrió que destinar cada último lote vacante a la agricultura solo produciría suficientes alimentos para 160.000 personas, en una ciudad de 8,1 millones. Si bien dedicar cada lote vacante a la agricultura puede no satisfacer completamente las necesidades alimentarias de una ciudad, las granjas urbanas pueden contribuir significativamente a mejorar los sistemas alimentarios locales. La colaboración entre SCAPE y el Proyecto de Restauración de Nueva York transformó espacios urbanos en zonas verdes. Su programa involucraba un espacio comunitario, convirtiéndolo en un jardín multidisciplinario.
En San Francisco, una ciudad que lucha contra la escasez de tierras, los proyectos de agricultura urbana han llevado al desarrollo de condominios en los vecindarios. A pesar del aumento de los precios de bienes raíces, la demanda de alimentos cultivados en la ciudad sigue siendo fuerte. El Programa de Agricultura Urbana de la ciudad se lanzó en 2014 para responder a la creciente densificación de San Francisco y la creciente demanda de agricultura urbana. Sirve como un centro de información, recursos y coordinación. Con más de 120 sitios de agricultura urbana en la ciudad, el programa se enfoca en crear canales de comunicación y asociaciones entre ellos.
La mayoría de los agricultores urbanos de California carecen de habilidades hortícolas ecológicas, lo que dificulta el desarrollo de estrategias agrícolas sostenibles. Un estudio de la Universidad de California estima que más del 79% de los agricultores urbanos del estado no son propietarios de la propiedad en la que cultivan. Además de proporcionar acceso a lotes vacantes en áreas urbanas, las ciudades deben ayudar adicionalmente a obtener recursos de apoyo y conocimientos para la proliferación de granjas urbanas.
Desde Cleveland hasta Kansas City y Baton Rouge, varias ciudades de los Estados Unidos están apoyando la agricultura urbana a través de cambios legislativos y políticos. La reforma de políticas puede adoptar muchas formas, como créditos fiscales, mejoras en el acceso a la tierra o cambios en las leyes de zonificación que actualmente restringen la agricultura urbana. A nivel federal, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos ha ampliado la financiación en apoyo de los sistemas alimentarios locales y regionales a través de subvenciones y programas de costos compartidos para granjas urbanas y periurbanas. El aumento de la financiación y la conciencia en todo el país apunta a una perspectiva prometedora para el desarrollo de la agricultura urbana.
