Alsar Atelier, dirigido por Alejandro Saldarriaga, es un estudio de arquitectura y diseño con sede en Boston y Bogotá. Su práctica se concentra en la planificación y creación de instalaciones públicas con un enfoque en el beneficio social, así como en proyectos residenciales de dimensiones reducidas. El estudio emplea un enfoque de diseño que otorga prioridad a la utilización de materiales sostenibles, estrategias de costos accesibles y la colaboración activa de la comunidad
Por estos motivos, Alsar Atelier fue seleccionado por ArchDaily como una de las mejores nuevas prácticas de arquitectura del 2023. A continuación, les traemos una entrevista con Alejandro Saldarriaga para conocer de cerca sus inspiraciones, procesos de trabajo, y futuros proyectos.
Desde Colombia, has estado enfocado en investigar soluciones de diseño de bajo costo/baja tecnología para los problemas persistentes en el Sur Global. ¿Qué te inspiró a seguir este camino? ¿Qué te inspira a hacer arquitectura?
Mi interés se originó durante la pandemia de COVID-19 en Colombia. Gracias a la Sociedad Colombiana de Arquitectos y TALLER architects, tuve la oportunidad de participar en la creación de espacios de reactivación económica en Bogotá en respuesta a la crisis socioeconómica causada por la pandemia.
Durante este período, pude experimentar con ideas más especulativas que había comenzado a explorar durante mi maestría, como la temporalidad y el dinamismo en la arquitectura. Rápidamente me di cuenta de mi fuerte interés en poder materializar ideas que se alejaran de la normativa tradicional y, al mismo tiempo, tuvieran un impacto social positivo en los espacios públicos de Bogotá.
Fue en este momento que decidí profundizar en la investigación y el desarrollo de este tipo de intervenciones y enfoques arquitectónicos. Fundé Alsar-Atelier como una plataforma para llevar adelante estos proyectos y seguir explorando soluciones de diseño innovadoras y accesibles para abordar los problemas persistentes en el Sur Global.
Actualmente, ¿cómo es tu proceso de trabajo para lograr esa arquitectura?
Lograr esta arquitectura de enfoque social implica varios pasos interconectados. Dado que estas intervenciones suelen ser pro bono y carecen de una remuneración adecuada, he asumido un rol de inversionista en estos proyectos.
Esto significa que, en muchos casos, inició el proceso contactando a comunidades que enfrentan necesidades persistentes, que pueden ir más allá del contexto de la pandemia. Una vez establecido el contacto con la comunidad, llevamos a cabo un proceso de diseño colaborativo, trabajando de la mano con la comunidad para comprender sus necesidades y prioridades, lo que garantiza que las soluciones arquitectónicas sean efectivas y apropiadas para su contexto específico. Posteriormente, se inicia la búsqueda de financiamiento en diversas fuentes, como organizaciones no gubernamentales, donantes privados o incluso instituciones educativas.
Además, dado que muchas de estas intervenciones se consideran "experimentos" en el campo de la arquitectura y el diseño social, es posible vincularlos con investigaciones académicas, lo que facilita el acceso a fondos proporcionados por instituciones educativas que respaldan investigaciones sociales en el Sur Global. En este contexto, actualmente me encuentro trabajando en la Universidad de Northeastern en Boston, una institución que respalda activamente investigaciones y proyectos de arquitectura social en el Sur Global, proporcionando un entorno propicio y recursos para llevar a cabo estas intervenciones de manera efectiva.
En resumen, mi proceso de trabajo combina el rol de inversionista, el diseño colaborativo con la comunidad, la búsqueda diversificada de financiamiento, la consideración de los proyectos como investigaciones académicas y el respaldo de instituciones educativas, lo que permite la realización de proyectos de arquitectura social que abordan las necesidades persistentes en el Sur Global de manera significativa y sostenible.
Has estado trabajando de forma colaborativa: junto a Oscar Zamora, César Salomón, SCA para un atrapanieblas comunitario; junto a Henry Guadrón para una Instalación Arquitectura Invisible; y junto a Karim Saleh Studio (KSS) y Pietro Mendonca para la Instalación Inversive Enclosure, entre otros. ¿Cómo funciona para ti trabajar con esta dinámica?
El trabajar de forma colaborativa ha sido una experiencia muy enriquecedora para mí. He encontrado que esta dinámica aporta varios beneficios.
En primer lugar, la colaboración mutua acelera significativamente el proceso de desarrollo de proyectos. La diversidad de ideas y enfoques que cada miembro del equipo aporta puede llevar a soluciones más creativas y eficientes. Además, en casos como trabajar con César Salomón o la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA), donde no solo se trata de diseño, sino también de involucrar a la comunidad y asegurar la financiación, la colaboración se vuelve esencial para lograr un objetivo social.
Otro beneficio importante de trabajar en colaboración es la amplificación de la difusión mediática de las propuestas. Al unir fuerzas con otros profesionales o instituciones, se puede llegar a un público más amplio y diverso. Esto es especialmente valioso en el campo del diseño, donde la visibilidad y la red de contactos pueden ser cruciales para el éxito de un proyecto.
En resumen, trabajar en colaboración me ha permitido aprovechar la diversidad de ideas, acelerar el proceso de desarrollo, involucrar a la comunidad y asegurar la financiación en proyectos con objetivos sociales. Además, la colaboración también ha ampliado la difusión y la red de contactos, lo que ha enriquecido mi experiencia en el mundo del diseño y la arquitectura.
Recientemente, has sido seleccionado por ArchDaily entre las mejores Nuevas Prácticas del 2023. Y ahí mencionaste que recientemente "el estudio comenzó a involucrarse con asentamientos informales en Bogotá, y actualmente están especulando sobre nuevas tipologías, emergentes de la pandemia de coronavirus”, ¿puedes profundizar un poco sobre este interés?
Este interés es una parte fundamental de nuestra filosofía de diseño. Esta filosofía de diseño nació en medio de la pandemia, y fue interesante observar cómo el mundo experimentó cambios significativos en tan poco tiempo. Yo mismo correlacioné mucho la realidad que vivimos en 2020 con situaciones cotidianas que se describen en novelas de realismo mágico, ya que nuestra realidad global se transformó de manera inimaginable en cuestión de meses.
Durante ese período inusual, los arquitectos y diseñadores de todo el mundo comenzaron a responder de manera única a esta extraña realidad. Notamos una proliferación de proyectos efímeros con una dimensión pública en todo el mundo. Esto marcó un quiebre significativo con respecto a la tipología tradicional de "arquitectura de respuesta a emergencias", que históricamente se centraba en la creación de refugios después de catástrofes agudas.
La pandemia llevó a los arquitectos y diseñadores a nivel global a crear soluciones temporales con programas públicos, como restaurantes, capillas, cines y otros, que no solo abordaban las necesidades inmediatas de la pandemia, sino que también respondían a una emergencia de largo plazo en la sociedad.
Esta situación me llevó a especular sobre la existencia de una nueva tipología arquitectónica emergente después de la pandemia: una arquitectura pública diseñada para adaptarse a situaciones de emergencia crónica en lugar de agudas. Para poner a prueba esta teoría, decidí trabajar en paisajes informales en Bogotá, que se caracterizan por estar en un estado constante de emergencia debido a sus condiciones precarias.
Después de implementar el proyecto "un atrapanieblas comunitario" en este contexto, entendimos que estos paisajes informales se beneficiaban significativamente de proyectos con una temporalidad extendida, de naturaleza pública y con un claro objetivo social.
Para seguir investigando la validez de esta teoría, continuamos trabajando con comunidades informales en Colombia y hemos comenzado a explorar su aplicabilidad en un contexto completamente diferente: poblaciones de migrantes en Estados Unidos. Este enfoque nos permite contribuir a soluciones arquitectónicas que aborden las necesidades de emergencia crónica en diversas comunidades.
En resumen, en Alsar Atelier, nos inspiramos en la respuesta creativa y única de la comunidad global de arquitectos y diseñadores durante la pandemia para explorar nuevas formas de arquitectura pública que puedan adaptarse a situaciones de emergencia crónica y contribuir al bienestar de comunidades informales y vulnerables.
Por último, ¿con qué nuevos proyectos te encuentras trabajando actualmente? ¿Qué te gustaría desarrollar aún más?
Actualmente, me encuentro involucrado en una variedad de proyectos que abarcan diferentes áreas. En colaboración con la Sociedad Colombiana de Arquitectos, estamos desarrollando un prototipo de laboratorio móvil destinado a facilitar encuentros comunitarios en barrios informales de Bogotá, con el objetivo de fortalecer la participación y la cohesión comunitaria.
Además, estoy trabajando en procesos de desarrollo junto a comunidades en el barrio de San Luis en Bogotá, centrándonos en abordar las necesidades específicas de estas comunidades y mejorar su calidad de vida.
Mi alcance de proyectos se ha expandido a espacios públicos en Boston, donde en 2024 desarrollaré un espacio comunitario para una población de inmigrantes del Medio Oriente en el norte del barrio de Cambridge, como parte de la iniciativa "Shade is Social Justice" del Gobierno de Cambridge.
Paralelamente, he estado involucrado en el desarrollo de viviendas unifamiliares en Colombia y Estados Unidos, abordando las necesidades de vivienda de manera personalizada y eficiente.
A largo plazo, tengo la aspiración de ingresar al desarrollo de edificios públicos de mayor envergadura, siempre con un enfoque en la efimeralidad y métodos de construcción poco tradicionales, lo que me permitiría abordar desafíos arquitectónicos y sociales de manera innovadora. Estos proyectos reflejan mi compromiso con el diseño de soluciones arquitectónicas relevantes y beneficiosas para las comunidades a las que sirven.
Este artículo es parte de los temas de ArchDaily: Nuevas prácticas. Cada mes exploramos un tema en profundidad a través de artículos, entrevistas, noticias y obras. Conoce más sobre nuestros temas. Y como siempre, en ArchDaily valoramos las contribuciones de nuestros lectores. Si quieres postular un artículo o una obra, contáctanos.
Para la edición 2023, las Nuevas Prácticas seleccionadas fueron Ahmadreza Schricker Architecture, Alsar Atelier, ASPJ: Agencia Social de Paisaje, ATELIER XI, Branco del Rio Arquitectos, Diogo Aguiar Studio, forty five degrees, gru.a, Infraestudio, JK-AR, KOSMOS Architects, Oana Stanescu, Office Kim Lenschow, Oficina Bravo, Paulo Tavares, prototype, Rayon, RoarcRenew Architects, Spacon & X, Taller General, Tideland Studio, U-Build, Urban Beta, vão, y Willow Technologies.
