Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en las inmediaciones de una pequeña bodega familiar, Casa Primitiva plantea una nueva mirada hacia la temática de la vivienda mínima, entendida aquí no como una limitación de espacio físico sino de los recursos necesarios para su construcción.
Comisionada por los artistas Claudio y Bosco Sodi, el proyecto cuestiona su relación con el entorno natural en un momento en el que la vida urbana se está poniendo en duda. Crítica a la inestable precariedad a la que se enfrentan actualmente ciudades como la cercana Madrid, el traslado hacia entornos rurales plantea una nueva actitud con respecto a la naturaleza. Una actitud alejada de la visión romántica e idealizada del siglo XIX, y más bien abocada por la inevitable situación de la vivienda.
Tipológicamente, la casa se asienta en un territorio indefinido entre lo rural, lo industrial y lo agrícola. Si bien su escala y canónica forma a dos aguas pueden referenciar el imaginario de una vivienda aislada en el paisaje, su interior sugiere la de una nave de artistas, con cerchas vistas y un suelo continuo de hormigón. Así mismo, el acabado exterior del edificio de mortero hidrófugo proyectado, común como aislamiento en las casas de la zona, advierte de su programa residencial dentro del complejo agrícola de la bodega al tiempo que lo abstrae en un volumen continuo y monolítico.
Estructuralmente, los muros de car- ga exteriores sostienen cinco cerchas metálicas de gran tamaño que se extienden sobre cuatro vanos organizando el programa desde lo más público y exterior hasta lo más privado e interior. Estos vanos se componen de un porche delantero, cocina, comedor y sala de estar, y finalmente dormitorios y baños. La zona pública se abre al paisaje con dos grandes puertas acristaladas pivotantes que enmarcan el viñedo mientras que las estancias privadas buscan la intimidad con pequeños y profundos huecos de ventana.