El proyecto consiste en una óptica en Olot como reforma integral de un local existente. A pesar que el presupuesto era muy bajo tanto la idea del cliente como la de los arquitectos era proponer una imagen atractiva respecto a los locales de alrededor.
Para ello se quiso jugar con la creación de una atmósfera en la que se vinculara el programa y el contenido de la óptica con un ambiente protagonizado por la creación de desenfoques, luces y sombras en constante efecto de distorsión óptica.
Esto condujo a plantear la intervención en base a la creación de una “caja dentro de otra caja”, es decir: se crea una caja cristalina de U-glass en greca (colocación que a pesar de no ser tradicional funcionaba por su condición de cerramiento idéntico en las dos caras) que contendrá la parte comercial, dentro de la “caja existente” (el propio local).
La caja de U-Glass se dispone de manera que deja diferentes distancias a su alrededor para dar respuesta a los diferentes requerimientos: allí donde están los escaparates se separa 60cm, y en cambio dejará mayor distancia en la parte posterior correspondiente a los despachos.
Esta piel cristalina se irá perforando con ventanas, para crear una relación con el exterior (respecto a la calle y la plaza) y generar un efecto dinámico entre dentro y fuera en la que la percepción mezcla las sombras y distorsiones del U-glass con la repentina visión definida a través de las ventanas, generando la impresión de que dentro de la óptica nos encontramos en un ojo que se esfuerza por encontrar su visión más clara. De este modo la fachada es constantemente cambiante, en función del espectáculo variable de la calle.
El resultado es una atmósfera sofisticada y divertida con unos recursos más que limitados.