La XVII Bienal de Arquitectura está en pleno desarrollo y fue así como ayer se presentó el primero de los invitados internacionales: Se trató de Cameron Sinclair (ver su perfil aquí), co-fundador de Architecture for Humanity y quién durante su exposición dejó claro que los arquitectos tenemos muchos más nichos de desarrollo que los que actualmente estamos considerando.
Durante sus casi 2 horas de exposición, Sinclair hizo un recorrido por el tercer mundo, las catástrofes y la pobreza mostrando que la arquitectura para estas personas no es simplemente un techo como se acostumbra, sino soluciones de arquitectura especialmente diseñadas para cada comunidad. Parece imposible de realizar, pero lo cierto es que el modelo económico y colaborativo que tiene su organización funciona de tal manera que sólo en Nueva Orleans, tras Katrina, llevan más de 7,000 obras construidas.
Durante su exposición mostró con ejemplos concretos el trabajo realizado en cada comunidad. Sin una arquitectura de diseños espectaculares logró sorprender al auditorio por el grado de compenetración que logró con cada comunidad y por cómo la arquitectura se transforma en algo social y local. Obras en Río de Janeiro, Kenya o Kabul fueron ejemplos de la labor de Architecture for Humanity por el mundo.
Fue así como Cameron Sinclair logró traspasar a los arquitectos presentes que los objetivos principales de su organización están en atender las necesidades primarias de miles de comunidades alrededor del mundo que viven en condiciones de riesgo o son afectadas por catástrofes. Sus plazos de trabajo en las zonas de catástrofe son muy compenetrados, de por lo menos 4 años, donde trabajan mano a mano con la comunidad afectada y donde los arquitectos no solo diseñan, sino que además construyen cada uno de los edificios.
Una parte de su tiempo de exposición la dedicó a enseñarle a los arquitectos y estudiantes el modelo “open source”, en el cual arquitectos de todo el mundo diseñan proyectos que pueden ser replicados y en caso de ser construidos se remuneran conservando los derechos de autoría. Esto, lejos de ser una buena idea, es una realidad que sucede diariamente en el sitio de Architecture for Humanity y que actúa como un semillero de ideas que parten locales, pero terminan siendo aplicadas globalmente.
Con respecto a la “crisis de los arquitectos”, que al parecer trasciende las fronteras chilenas, Sinclair se encargó de aclarar con cifras que no es más que un problema de visión y no de saturación de mercado. El segmento al que aspira el arquitecto promedio cuando entra a un estudio donde “hay diseño” es muy reducido. De acuerdo a sus cifras, cerca de un 4% de la población mundial contrata los servicios de un arquitecto, quedando un inmenso segmento de personas que también necesitan soluciones de diseño pero no pueden pagar tanto (pero pueden pagar). Por tanto, si los arquitectos tuviéramos la iniciativa de desarrollar un modelo solventable que entregue soluciones a estas personas, tendríamos la demanda de un mercado cientos de veces más grande que el que se apunta actualmente en arquitectura, un claro ejemplo que hemos tocado en plataforma anteriormente es el del arquitecto por 5 centavos.
Por ultimo, los aistentes se llevaron una grata sorpresa al saber que Architecture for Humanity estaba contratado arquitectos. Fue así como ahí mismo se extendieron formularios para arquitectos que deseaban ser parte de una comunidad que se desplaza por el mundo entregando arquitectura a las comunidades con más necesidades.