Antonio Pedro Coutinho compartió con nosotros el acceso que diseñó junto a Estelle Dugachard, Fabiana Araújo, Nanda Eskes y Ricardo Caruana para el concurso de ampliación del Museo del Medio Ambiente en Río de Janeiro, Brasil. El desafío principal era encontrar una forma de insertar la arquitectura en un ecosistema poco común: el Jardín botánico de la ciudad de Río de Janeiro.
Diseño del paisaje: “Agua como el equilibrio del ecosistema”
El jardín botánico de Río de Janeiro está localizado en la intersección de varios ecosistemas como bosques montañosos, fuentes hidrográficas y pantanos. El problema de este complejo entorno es que sufre serios daños en las estaciones lluviosas, causando grandes inundaciones en ciertas épocas del año. Por esto, los proyectos deben generar áreas que se desbordan sobre el paisaje para que el agua de la lluvia pueda ser almacenada, reutilizada en el mismo edificio y en el mantenimiento del parque. Esto también permite explorar el diverso ecosistema acuático brasileño, con una enorme variedad de especies de plantas añadidas a la colección del jardín botánico. Evidentemente, el diseño del paisaje podía abrir la posibilidad de tratar las aguas de una manera natural y armoniosa.
Estructura
El concepto del edificio fue pensado investigando las tipologías históricas de edificios en jardines botánicos y las técnicas utilizadas en la construcción de chozas indígenas, escogiendo como material principal la madera de pino reforestado (” pinus caribea”). Su estructura externa fue pensada como una membrana que trabajaría controlando el clima y al mismo tiempo generando una relación constante ente espacios internos y externos. La intención principal del proyecto es acercar a los visitantes a los hábitats naturales; mostrarles cómo la arquitectura puede ser capaz de ser beneficiada por los procesos naturales de su entorno y abrirse hacia él.