Restauración sostenible
El encargo consistía en intervenir una casa patrimonial de los años 50 con un presupuesto mínimo. Trabajamos en la recuperación de los valores espaciales de la casa y reutilización creativa de las preexistencias: restablecer la conexión con la terraza exterior, transformar superficies con pinturas de compresor, reciclar paneles de vidrio templado como pantallas de información gráfica o transformar los antepechos interiores en jardineras aromáticas.
Patrones artesanales
Buscamos acercar los valores gastronómicos del restaurante, como el interés por reivindicar el uso de técnicas y sabores populares, a los procesos de diseño. Para los pisos diseñamos un patrón gráfico en tabletas de 20x20cm que se fabricaron con una técnica tradicional de cemento pigmentado con minerales color chocolate. Por otro lado, implementamos materiales comunes con cierto grado de experimentación: láminas galvanizadas para el botellero aleatorio o los pliegues de lámina metálica para la cava porosa.
Artefactos emotivos
Insertamos un conjunto de artefactos dotados con un carácter particular y una relación directa con los comensales: los herbarios móviles, muebles rodantes que exhiben las hierbas aromáticas disponibles, la mesa carretilla una puerta reutilizada que va rondando por la casa con los principales postres o la medusa simétrica una lámpara de 2 metros que cambia su intensidad de acuerdo con el uso del salón principal.
Estructura renovable
El programa contemplaba la construcción de una heladería en un volumen anexo sobre el garaje de la casa. Para resolver este conflicto normativo en un inmueble de conservación, planteamos una estructura metálica que funcionara independiente, a modo de contenedor. Tras reconocer el uso de frutas exóticas como insumo principal, proponemos un acabado simple de franjas de color que puede renovarse de acuerdo a las temporadas de cosecha, o el muro semillero©, un sistema de materas en tubos PVC que reutiliza el agua lluvia.