- Área: 1000 m²
- Año: 2009
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Fotografías:Willem Schalkwijk
Descripción enviada por el equipo del proyecto. SPACE fue seleccionado entre varias firmas de arquitectura para diseñar el nuevo salón de última espera de una reconocida marca de servicios financieros y tarjetas de crédito y de servicios. El proyecto se ubica en la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la ciudad de México.
El reto del proyecto no era sencillo, el cliente buscaba un diseño que conjuntara muchas cosas a la vez, principalmente se deseaba generar un espacio multiusos que representara una imagen contemporánea y cosmopolita de la marca, en resumen era diseñar una nueva experiencia en un mundo globalizado en donde las marcas y productos se encuentran en una carrera desenfrenada por lograr posicionarse en las mentes de los clientes y usar a los espacios construidos como extensión natural de la marca era un reto complicado pero indispensable.
Para este proyecto se utilizó un equipo especializado en Branding, quienes en conjunto con los arquitectos generaron una metodología hibrida resultado de mezclar Branding y arquitectura.
Los conceptos de diseño surgieron como consecuencia de una búsqueda de la definición de “la promesa emocional” de la marca, es decir el proyecto se realizó alrededor de la idea de diseñar un conjunto de emociones que bien trabajadas desarrollarían como consecuencia una experiencia de marca.
La experiencia para ser contundente tenia que ser una experiencia sensorial, una práctica que incluyera a todos los sentidos y detonara emociones.
A principios de este siglo como parte del desarrollo de una nueva ciencia, el neuromarketing en Inglaterra comienza a utilizar resonancias magnéticas para definir que motiva a los consumidores en su toma de decisiones.
Estos estudios tuvieron diversos resultados reveladores pero una en especial ha generado una nueva forma de entender la arquitectura.
La forma que tiene el cerebro de codificar la mayor parte de la información que recibe es traduciéndola a emociones, es así como le da valor a las cosas, las buenas marcas se conectan emocionalmente con sus usuarios a través de experiencias y la gran mayoría de las prácticas se llevan a cabo en espacios construidos.
La arquitectura para ser trascendente entonces tendrá que definirse a partir de la búsqueda de emociones que se logren conectar con sus usuarios.
En el caso del salón de última espera al mismo tiempo que se trabajo en la definición emocional del espacio se trabajo en aspectos básicamente funcionales, la gran mayoría de la gente que utiliza estos espacios los aprovecha para trabajar antes de subir a un avión. Las soluciones emocionales tenían también que ser muy prácticas y resolver las distintas necesidades y formas de trabajo de los usuarios.
Es así como este espacio tiene algunas salas de juntas, áreas de reunión informal con separaciones virtuales, red inalámbrica y áreas de soporte.
Aunados a estos espacios para trabajar el salón de ultima espera posee también áreas de esparcimiento y distracción, como son salones para juego de domino o cartas, un pequeño salón de masajes y un salón de belleza- peluquería.
En general este espacio es sin lugar a dudas una probada de lo que muchos espacios de oficinas serán en un futuro no muy lejano, espacios que representarán adecuadamente a sus respectivas marcas y que serán suficientemente flexibles para apoyar prácticamente cualquier forma de trabajo y de reunión.
El proyecto fue desarrollado con una metodología generada por SPACE en la que todos los proyectos buscan ser diseñados de forma sustentable.
El espacio consume alrededor del 50% de la energía que comúnmente consumirían espacios similares, mediante aperturas en el plafón que permiten el paso de luz natural. El diseño maximiza el uso de luz de día en los interiores, adicionalmente generando sensaciones sumamente agradables y naturales.
Los materiales utilizados en el proyecto tienen alto contenido reciclado y en su mayoría son rápidamente renovables.