Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo consiste en una vivienda unifamiliar situada en una parcela de fuerte pendiente y moderado tamaño con excepcionales vistas de la Sierra de Navacerrada en Madrid.
El proyecto se desarrolla atendiendo a la pendiente natural del terreno y se posiciona en la parcela organizando y cualificando los ajustados espacios exteriores generados entre la construcción y los límites de la propiedad.
A través de una escalera exterior de suave pendiente se comunica la parcela con una generosa terraza situada sobre la casa. Este espacio permite al tiempo el disfrute de las extraordinarias vistas así como el desarrollo de actividades al aire libre tales como cocina, estar, baños de sol, ducha, etc. Esta operación genera una fuerte continuidad de uso y espacial entre parcela, terraza y vivienda, enfatizando el entendimiento de la casa como una verdadera extensión de la parcela, creando continuidad en uso y recorrido.
El volumen de la casa se incrementa de modo gradual desde su primer acercamiento. La altura en el frente de la calle de acceso es de una planta mientras que el frente superior llega a tener dos plantas por la superposición del estudio sobre el dormitorio principal. De esta manera el volumen queda integrado de forma natural en la fuerte pendiente del terreno produciendo a su vez un acceso a la casa de escala más humana. Se produce así cierta ambigüedad en su percepción desde los distintos puntos de vista hacia la casa.
Los materiales empleados en las fachadas son los tradicionalmente utilizados en la Sierra de Madrid y básicamente se resumen en paramentos blancos enfoscados y cubiertas de teja de pizarra negra. La pizarra se utiliza en losas como fachada ventilada tanto en cubierta como en los frentes expuestos a la visión desde el exterior, como si de un caparazón protector se tratara. El privado interior queda en cambio enfoscado de color blanco.
La sólida construcción de la vivienda con estructura de losas macizas de hormigón armado y soportes de acero queda perimetralmente limitada con un cerramiento multicapa cerámico de 35cm de espesor que deja embutidos los soportes, aislantes e instalaciones en una amplia cámara interior. Las losas de pizarra negra se colocan a modo de aplacado sobre perfilería de aluminio añadiendo una eficaz cámara ventilada.
Para comunicar física y visualmente los espacios exteriores con los interiores, se dota a la casa de suficientes entradas y salidas que faciliten una deseada permeabilidad, permitiendo a la vez el máximo aprovechamiento de la parcela.