- Área: 1250 m²
- Año: 2007
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Fotografías:Eduardo Sanchez
Una intervención en dos tiempos.
Cuando recibimos el encargo de adecuar para una exposición temporal uno de los pocos elementos defensivos que se conservan en la ciudad de Logroño entendimos que se trataba de una doble oportunidad: de un lado la recuperación de un monumento abandonado que podría, mediante una cuidada rehabilitación, volver a mostrarse a los ciudadanos; por otro convertir la adecuación expositiva en un legado, un elemento que perdure y acentúe las condiciones del lugar. Esas eran las condiciones y quizás demasiado ambiciosos nuestros intereses: poco tiempo, no más de 6 meses, en los que llevar a cabo una rehabilitación delicada y una construcción de nueva planta.
Muchos oficios trabajando de forma simultánea para tan pequeño espacio físico: el proyecto dividió los trabajos en dos categorías con dos tiempos bien diferentes: la pausada rehabilitación de la piedra con los correspondientes trabajos arqueológicos comenzó desde el primer día y consumió íntegramente los plazos de ejecución; los elementos de nueva construcción, muy puntualmente utilizados y que se fueron modificando conforme a los resultado de los estudios arqueológicos fueron llegando, se insertaron, formal y constructivamente, en el final del proceso.
Habría también que reflexionar sobre la geometría. ¿Cómo introducir un elemento nuevo sobre la traza de uno antiguo?¿cómo producir extrañeza y unidad?. La propuesta utiliza el cruce de una geometría existente de traza principalmente circular con la oblicuidad del pequeño pabellón que se inserta en su interior: un elemento que, literalmente, “entra de puntillas” sobre el espacio recuperado. Este pequeño pabellón estrellado de madera y plomo podría ser fabricado en un taller y ser introducido, casi como un acto cultural, con la ayuda de una grúa. No pudo ser, pero el montaje mantuvo su independencia real y formal, respecto al trabajo en el resto del edificio.
Algún acento más: puertas-pasarela, escaleras auto soportantes con pequeños apoyos, mobiliario posado sobre las salas… elementos que caracterizan el cruce de dos situaciones bien diferentes: de un espacio de uso defensivo a unas salas para exposiciones.
En el final del proceso, el ayuntamiento nos pidió una cierta urbanización del entorno que mostrara el foso original de la muralla. La utilización de mallas metálicas o el pavimento de madera explica la temporalidad de unos trabajos exteriores que se adaptarán a futuros desarrollos urbanísticos.