- Área: 2280 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Jean Pierre Crousse, Jorge Luis Dieguez
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Proveedores: GRAPHISOFT
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Prolongar un edificio en su sentido vertical es una tarea difícil, más aún cuando el tiempo separa la construcción original de su extensión. La estrategia va a consistir entonces en integrar los distintos ‘tiempos de vida’ del edificio creando una nueva unidad: el proyecto parte del análisis de las estrategias proyectuales utilizadas por los arquitectos precedentes para proponer una ampliación que se relacione a la edificación sin imitarla, manteniendo el protagonismo de la versión original.
El edificio original, ejemplo notable de arquitectura Neo Inca, es obra del Arquitecto Emilio Harth-Terré y fue concebido como un volumen eminentemente masivo, de dos pisos de altura pero con una expresión que da la ilusión de un solo nivel monumental. En 1999 es intervenido por el Arquitecto Pier Baracco, quien crea un segundo nivel parcial e introduce una estructura metálica como puntos de apoyo para una futura extensión vertical. El proyecto del 2007 realiza la extensión del tercer y cuarto nivel, operando una alteración de escala inversa: en lugar de aumentarla para monumentalizarla, como lo hizo su autor original, se disminuye la escala (con una tripartición de niveles sobre dos pisos) de forma a no competir con el protagonismo de la fachada original.
Se opta por una estructura ligera en acero para cumplir con los estrechos tiempos de construcción disponibles para respetar los semestres académicos de la escuela, que no cerraría durante la construcción. La ampliación se apoya en la estructura metálica prevista en el proyecto de P. Baracco y propicia una lectura ligera en fachada, de modo que la edificación original no se vea apabullada por un ‘peso visual’ añadido.
La piel acristalada es de ritmo aleatorio, con cristales templados fijos a dos plomos para crear un juego de luz y sombra naturales y dotada de aereadores en aluminio para asegurar una correcta ventilación. Los aereadores poseen caras de distinto acabado (anodizado natural y laqueado negro) lo que genera una percepción de fachada cinética que cambia de aspecto según el sentido en que se aprecie.
En su interior, las dos escaleras existentes son prolongadas verticalmente y unidas por pasarelas metálicas que, a partir del tercer nivel, cruzan sobre el patio original para cumplir con las exigencias actuales de evacuación y seguridad contra incendios y sismos. Estas pasarelas fungen de patios suspendidos, creando espacios de aprendizaje informal intermedios entre el patio tradicional y la azotea accesible.
Un gran porche urbano, situado en el tercer y cuarto nivel, se abre a la ciudad y hace eco al zaguán de la edificación histórica.