Luego de que Río de Janeiro superará a Chicago, Tokyo y Madrid en la carrera por lograr adjudicarse el ser ciudad anfitriona para los Juegos Olímpicos 2016, empezamos a conocer un poco más de las instalaciones y el significado de este evento (y su proceso de preparación) para la ciudad y el país.
En un post anterior, pudimos conocer las propuestas de las 3 ciudades. En el caso de Chicago, se jugó por el valor de su “diversidad cultural”, mientras Río hacía incapié en temas mucho más pragmáticos, como las instalaciones e infraestructura necesarias y por otra parte el “legado” de los juegos olímpicos. Para luego, con la misma estrategia, en una segunda instancia vencer a Tokyo y finalmente a Madrid, por el doble de votos.
El éxito de Río siendo sede de los Juegos Panamericanos indudablemente ayudó a demostrar que estaban capacitados para organizar un evento de la magnitud de los Juegos Olímpicos, y claramente este fue un factor definitivo en su elección para el evento del próximo 2016.
A diferencia de las pregnantes estructuras icónicas diseñadas para Beijing y Londres, el diseño para Río se enfoca más bien en la integración y en el legado para la ciudad. Y aunque los juegos estarán centrados en la ciudad de Barra, el desarrollo de infraestructura para eventos deportivos tendrá varios recintos en Maracaná, Copacabana y Deodoro.
Está claro que Brasil es un interesante país para desarrollar una actividad del caracter y escala de los Juegos Olímpicos, tanto por la capacidad para abordar los requerimientos físicos de ésta como por ese innegable caracater carioca que los define más que como país, como una cultura particular. Aun conscientes de esto, Río hizo una reverencia hacia los Juegos, y también dejó en claro cuán imporante es para ellos como ciudad (y finalmente como país) considerando el desarrollo para estos juegos como un legado para el pueblo brasilero.
A continuación algunas de las imágenes que ya conocemos de las nuevas construcciones para el 2016…