- Área: 2800 m²
- Año: 2010
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Fotografías:María Carmona, El Campo de Cebada
El Campo de Cebada es un rincón especial del centro de Madrid situado en la plaza de La Latina. Nace del vacío urbano generado tras la demolición del polideportivo de La Latina y ha sido posible gracias la voluntad e iniciativa de los vecinos que luchan por conservar este espacio para la comunidad. Este aspecto lo lleva al particular modo de gestión que se lleva a cabo actualmente en el solar, de manera abierta, intensa y participativa. Se trata de un espacio que está siendo transformado por una acción conjunta de vecinos, arquitectos, agentes culturales, asociaciones vecinales y administración, intentando incluir al mayor número de agentes posibles en las tomas de decisiones. El Campo de Cebada es una posición crítica que intenta construir una acción propositiva, mirando hacia un futuro donde distintos profesionales, incluidos los arquitectos, vuelven a jugar papeles relevantes al servicio de la sociedad.
El Campo de Cebada es una plaza compartida, un trocito de ciudad que se está diseñando a si mismo, aprovechando un momento y una situación muy relevante de la historia de Madrid, que ha llegado a convertirse en uno de los ejemplos más representativos de la nueva era que se preparaba para la ciudad, en la que al tiempo que las instituciones se desinflan los ciudadanos se hacen más fuertes. El parón, por falta de fondos en el ayuntamiento, del proyecto que se planeaba para reemplazar el antiguo equipamiento era un síntoma de la situación complicada a la que se dirigía el país y que en la Cebada, lejos de derivar en un nuevo caso de olvido y abandono del solar, los ciudadanos han sabido hacer frente negándose a resignarse a la pérdida de su espacio con una admirable muestra de tenacidad, esfuerzo y compromiso que les ha llevado incluso a conseguir la cesión del solar hasta que el nuevo polideportivo se construya.
El Campo de Cebada se convierte así en una alternativa visionaria y pionera de las nuevas dinámicas que empiezan a llevarse a cabo en la ciudad, según las cuales los ciudadanos se convierten en agentes activos y propositivos que diseñan y construyen su propio entorno como respuesta a las barreras y el estatismo de las instituciones actualmente reguladoras del espacio urbano que, paradójicamente, son las que más alejadas se encuentran de la verdadera vida de los barrios, lo que inevitablemente les lleva a errar en los procesos y diseño de estos espacios tan valiosos para los ciudadanos.
Los cebadores resumen el proyecto en 20 puntos que explican su naturaleza y permiten extraer claves para un modelo con vocación de ser replicable y mejorado.
01. Rehabilitación de ciudad. El Campo de Cebada nace como reacción propositiva, diseñando y construyendo propuestas que permitan repensar y rehabilitar el modelo de ciudad.
02. Necesidad de habitar el conflicto. El Campo de Cebada nace de una controversia y de la gestión que se hace de ella sin intentar simplificarla. Frente a la eliminación de los conflictos, proponemos habitarlos.
03. Mind the gap. La Cebada busca construir mecanismos de gestión que permitan incluir al mayor número de agentes posibles en las tomas de decisiones.
04. Poner puertas al campo. El Campo de Cebada se entiende como un espacio público complejo. Diseñamos procesos abiertos que permitan trabajar con esa complejidad.
05. Plaza equipada. Autonomía ciudadana. El Campo de Cebada se entiendo como una infraestructura ciudadana abierta. Permite el acceso a agua y luz, pero también a almacenaje, espacio, herramientas e instalaciones.
06. Ciudad Híbrida. Ciudad transmediática y multiformato. El contexto digital permite construir también espacios públicos, que favorecen la comunicación, participación e incluso la gestión y financiación.
07. Espacio crítico participado. Empoderamiento ciudadano en una plaza que permite ser transformada a raíz de procesos bottom-up, donde caben evoluciones no planificadas.
08. Urbanismo eventual. Contemplar la ciudad como el gran contenedor de prácticas culturales, y esas prácticas como activador de relaciones sociales y de empoderamiento ciudadano.
09. El Campo de Cebada nunca se inauguró. Y nunca se va a dar por concluido. Se proponen procesos de transformación que contemplen otros márgenes temporales.
10. Commons Sense. Recuperación en la vida cotidiana, de las regulaciones cualitativas del sentido común y de la escala de barrio.
11. Ciudad Open Source. Una plaza con instrucciones de montaje con licencias Creative Commons y con el código abierto, evolucionable y replicable.
12. Hand Made Urbanismo. Construcción del espacio a través de procesos directos y entornos pedagógicos.
13. Transparencia y Open data. Comunicación explícita y transparente de todos los procesos que suceden y de cómo suceden en El Campo de Cebada.
14. Nuevas Gobernanzas. Espacio de interlocución de la ciudadanía con la administración que facilita la construcción participada de la ciudad.
15. Revisión de las autorías. El autor de El Campo de Cebada, es el propio Campo de Cebada.
16. Infraestructura para el resto de la ciudad. El Campo de Cebada se convierte en un espacio útil para plantear posibles nuevos procesos en distintas partes de la ciudad.
17. Mobiliario a medida para el ciudadano/cuidador. Diseñando soportes para nuevas formas de utilizar la ciudad y permitiendo establecer roles ciudadanos basados en el cuidado de lo urbano.
18. Optimización de los recursos materiales. La cebada permite planificar la ciudad optimizando al máximo los recursos a través de políticas de segundas vidas.
19. Los nuevos contratos del arquitecto. Nuevos espacios de participación arquitectónica que transforman colaborativamente la ciudad, arquitectos como diseñadores de servicios y no solo de productos.
20. Herramienta altavoz. Espacio de construcción de redes en contextos internos y externos que permiten amplificar las opiniones ciudadanas para capacitar su escucha.
El Campo de Cebada es uno de esos lugares donde llevar a amigos y visitas cuando quieres enseñar cosas increíbles que pasan en la ciudad, que te hace sentir orgulloso como si fueses parte de ello porque El Campo de Cebada es en la medida en que los vecinos lo disfrutan, lo cuidan y lo hacen suyo. En “la Cebada” hay lugar para todos. Para los propios vecinos del barrio y para los que cruzan la ciudad entera solo para disfrutar de una tarde en compañía de amigos acomodados en los mobiliarios diseñados y fabricados en los ya famosos talleres que aquí se llevan a cabo, entretenidos viendo jugar al baloncesto en la pista central, viendo una función teatral desde las gradas o arreglando los huertos. La Cebada es uno de esos escasos logros urbanos que consigue que te sientas parte de un equipo, de un lugar y de un momento.