- Área: 4135 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Alberto Ruiz López
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio da respuesta a las necesidades de ampliación de la Escuela Saint Exupéry, en Madrid, que en la actualidad da servicio a aproximadamente 750 alumnos. El proyecto contemplaba tanto la rehabilitación y ampliación del edificio original como la remodelación de los espacios exteriores. La propuesta arquitectónica persigue tres objetivos principales: la integración en el paisaje urbano preexistente, la funcionalidad y la singularidad formal y conceptual.
Tanto el edificio original como el arbolado pre-existente se conservaron en la propuesta, con el objeto de mantener la integración con el paisaje urbano de La Moraleja, que se caracteriza por la presencia de viviendas unifamiliares dispersas en colinas arboladas. La ampliación se ubicó en la parte posterior de la parcela adaptándose a la topografía natural. Esta se compone de dos volúmenes diferenciados: un volumen de dos plantas en el cual se ubican las aulas, y que se dispone como una prolongación de la edificación existente, y un segundo volumen de una sola planta que se dispone perpendicularmente al aulario en el que se ubican los servicios comunes.
En la ampliación se buscó la integración arquitectónica mediante el uso del ladrillo en las fachadas, presente en la arquitectura original de la escuela, aunque también se utilizó en las fachadas del nuevo aulario muros cortinas de vidrio que permiten la contemplación de la Sierra de Guadarrama, y al mismo tiempo reflejan el entorno más inmediato.
El diseño de los espacios tomó como partida la máxima racionalidad en la organización del programa funcional, al tiempo que se basó en el uso de las soluciones técnicas más apropiadas para garantizar la funcionalidad del edificio. El programa escolar se desarrolla en el edificio existente, cuyo interior se remodeló para albergar las aulas de infantil y los despachos de los profesores, y en la ampliación, que se articula en torno a cuatro patios que permiten la iluminación y ventilación naturales de las aulas situadas en la fachada sur y de los espacios de circulación, al mismo tiempo que generan distintas percepciones visuales del espacio. En planta baja de esta ampliación se albergaron las aulas de educación primaria y los espacios de uso colectivo mientras que en la planta primera se ubicaron las aulas de educación secundaria.
Cada nivel escolar cuenta con accesos independientes a sus correspondientes patios de recreo, que se organizan en torno al edificio. El edificio está equipado con sistemas de control de las instalaciones orientados a minimizar el consumo de agua y de energía. Así, existen sistemas de control que regulan el aporte y filtrado del aire al interior, la recogida y tratamiento del agua usada y de lluvia, o la apertura y cierre de las protecciones solares en función de las condiciones climáticas exteriores.
Se ha buscado intencionadamente la singularidad formal y conceptual para reflejar el rol de vanguardia cultural que representa el liceo francés. El diseño propuesto enfatiza el contraste entre la pesadez del ladrillo y la ligereza y transparencia del vidrio. Luz y color se tomaron como punto de partida en el diseño del edificio y de su interior. Dentro, este código de colores singulariza las aulas y los espacios comunes, cada uno con una combinación de color en suelos, paredes y carpinterías y elementos de mobiliario. En el exterior, las fachadas de vidrio alternan paños de vidrio transparente, coloreados y opacos, que además de controlar la cantidad y color de la luz al interior, otorgan riqueza formal a las fachadas y definen las características esenciales de su imagen arquitectónica.