El interior está en el exterior, inaugurada este mes y hasta el 2 de junio, es una exposición que toma el legado de Lina Bo Bardi a través de reflexiones y obras de los artistas Zé Celso, Paulo Mendes da Rocha, Kazuyo Sejima, Alexander Calder, Cildo Meireles, Cinthia Marcelle, Douglas Gordon, Gilbert & George y Waltercio Caldas, que invaden estos días la Casa de Vidrio, diseñada en 1951 por la renombrada arquitecta italiana-brasilera en Sao Paulo.
Hans Ulrich Obrist plantea la reconstrucción artística de la obra de Lina Bo Bardi tomando su casa, donde vivió con su marido, historiador y crítico Pietro Maria Bardi, como museografía. Un nuevo espacio de experimentación, donde es posible un análisis estructuralista del arte: de la arquitectura y paisaje, no arquitectura-no paisaje, lo escultórico y lo no escultórico, orden y entropía, obra y evento, ajustándose milimétricamente a la cultura actual del diseño y exhibición.
En el texto curatorial, Ulrich Obrist menciona que ha “comisariado varias exposiciones en espacios domésticos que se han convertido en ‘casa-museo’, como una forma de hacer frente a la idea de la exposición como algo que no sólo ocupa espacio, pero como un evento que ocurre en el tiempo”. Este proyecto en la Casa de Vidrio es una réplica de la Huerta de San Vicente de Federico García Lorca, la Casa Luis Barragán o la casa Nietzsche, como Lo espiritual –de una casa y una vivienda– en el arte.
Si los museos son los grandes condensadores del arte, las casas donde habitaron poetas, arquitectos y pensadores aparecen hoy como un refugio o un idilio en sí mismas, espacios que permiten la visión a vuelo raso de las transacciones interpersonales entre el comisario y el artista.
Este ejercicio está planteado como algo nemotécnico, pues cada una de las obras seleccionadas evoca la figura de la autora y su edificio como fundamento y soporte.
Tras las intervenciones en las otras casas-museo, Obrist distribuye y hace dialogar las obras de 36 artistas dentro del que fue espacio privado y lugar de trabajo de Bo Bardi durante décadas. El comisario suizo ha escogido esta vivienda por su enfática simplicidad: se trata de una casa de cristal construida sobre pilotes, homenaje quizás de su autora a los palafitta pompeyanos y a las “cabañas con piernas” del Estado de Amazonas, que pronto describiría como “cafetines fluctuantes de las calles líquidas de Manaus”.
La exposición estará disponible hasta el 2 de Junio.