Primer Lugar Rehabilitación Biblioteca Congreso Nacional / Beals + Lyon + Matías Zegers

Escrito por Fernanda Castro

Como les mencionamos anteriormente , el equipo conformado por Beals + Lyon y Matías Zegers obtuvo el primer lugar en el concurso para la rehabilitación de la Biblioteca del Congreso Nacional .

Para el arquitecto Alejandro Beals, ganador del concurso, esta es “una gran oportunidad de tener cierta influencia en un proyecto que se presenta como una tremenda ocasión para el Congreso, como institución, de abrirse y generar un cambio en la relación de los parlamentarios con toda la ciudadanía”.

Más información sobre el proyecto, a continuación.

“El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajas… Desde cualquier galería se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente… Por ahí pasa la escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo remoto…”

Extractos de ‘La Biblioteca de Babel’. Jorge Luis Borges, 1981.

Conceptos Pre Formales

La habilitación del Edificio Hunneus como sede de la Nueva Biblioteca del Congreso Nacional, pone en evidencia la intención de la institución de posicionarse como un organismo influyente y altamente relevante a nivel nacional, tanto en el ámbito parlamentario como público. Este edificio tiene por objetivo no sólo modernizar y mejorar los servicios que presta a los parlamentarios del país, sino que apunta a convertirse en un hito urbano memorable: un espacio cívico de encuentro para la generación, difusión e intercambio de ideas, capaz de acercar a la población a su legado político y cultural mediante experiencias de aprendizaje y comunicación. En un modelo de ciudad contínua como el centro de Santiago, lo que se recuerda no son los edificios aislados, sino que los vacíos entre ellos, generalmente espacios públicos con una alta vocación cívica.

En las cercanías del edificio Hunneus, La Plaza de Armas de Santiago o los patios de edificios como El Museo de Arte Pre-Colombino son ejemplos de este tipo de espacios. Del mismo modo, y como lo describe Jorge Luis Borges en su relato de la ‘Biblioteca de Babel’, son los vacíos al interior de los edificios los que crean experiencias memorables e intensas de ellos, tal como sucede al interior de la Catedral Metropolitana de Santiago, el edificio del Ex Congreso, o de manera más cotidiana e informal, en las galerías interiores del Centro de Santiago. Son en estos vacíos donde distintas atmósferas se sobreponen y conviven, donde el paseante al igual que el “flâneur” de Baudelaire, se deja llevar por un ritmo más lento y ocioso que favorece la exploración y el descubrimiento. Junto con responder a las necesidades programáticas de la Biblioteca del Congreso Nacional, el presente proyecto apuesta a construir un espacio inédito en el centro de la ciudad, una experiencia memorable, capaz de abrir, poner en valor y acercar la Biblioteca del Congreso a los Ciudadanos. Pero, ¿cómo lograr una experiencia memorable, en un edificio de dimensiones reducidas como las del edificio Huneeus?

Experiencia Urbana: Atravieso Público

Para lograr estos objetivos el proyecto de la nueva Biblioteca propone la creación de un vacío público, un atravieso diagonal que vincula la biblioteca con la ciudad en toda su longitud y altura. Este vacío conecta dos situaciones de marcado carácter público que se sitúan en sus extremos, posicionando el cuerpo central de la Biblioteca entre ellos. Desde la ciudad, la Biblioteca se muestra abierta y transparente, siendo atravesada por una serie de umbrales que construyen una secuencia continua en la relación ciudad-biblioteca-paisaje. Desde calle Catedral, se percibe el total del espacio interior, un vacío de ´libros infinitos’ que atraviesa el edificio en su altura total y desde donde también se vislumbra el Depósito de la Colección Patrimonial. Es en el pasaje Huneeus donde se sitúa el nuevo acceso principal al edificio, dejando el acceso original sirviendo principalmente a la ‘Tienda Experiencial’. Esta operación, junto con revertir la sensación de olvido y abandono del pasaje Hunneus, lo convierte en un primer umbral que vincula la ciudad con el edificio, alejando la rapidez y ruido de la calle, pudiendo ser usado de manera intensiva y segura por los usuarios que visitan la Biblioteca. En el extremo opuesto y sobre la cubierta del edificio, se sitúa el café de la biblioteca. Desde la altura se tienen vistas inéditas de los edificios patrimoniales próximos, como el frontis del Edificio del Ex Congreso o la cúpula de la Catedrál. Es en este mismo nivel donde se situarán las salas de reuniones de los funcionarios de la Biblioteca, lo que se espera favorezca la ocurrencia de encuentros fortuitos entre funcionarios, parlamentarios y público en general.

Experiencia Interior: Biblioteca Infinita

El primer nivel de la Biblioteca busca convertirse en una especie de ágora interior, un suelo contínuo entre el interior y exterior del edificio, donde los limites no son los muros exteriores sino los edificios colindantes. Los programas que allí se yuxtaponen se comparten, se hacen públicos. El hall es compartido por todos. La exploración, la experiencia de búsqueda y hallazgo, posibilitada por la disposición de los libros al alcance de la mano es lo que define, en palabras de Humberto Eco, una biblioteca a ‘escala humana’. La biblioteca –la institución- se percibe próxima, abierta y accesible. Es por esto que el nuevo atravieso público al interior del edificio es desde donde se accede a las distintas zonas de lectura, una especie de laberinto tridimensional que promueve la lentitud y la exploración. Al recorrer de manera lenta, el espacio se percibe de manera intensa, no sólo visualmente sino que con todos los sentidos al mismo tiempo. Esta galería interior aparece infinita, reflejada en su parte baja por un pavimento pulido de basalto negro y en su parte alta por un cielo de color bronce. Estas dos materialidades son las que cualifican al mismo tiempo su inicio y término, vinculando el cuerpo central de la Biblioteca a la materialidad dura y pétrea de la calle, y cualificando la luz difusa y temblorosa que refleja la cubierta hacia el interior del edificio. Todas estas operaciones son efectivas en la creación de una imagen institucional moderna, dinámica e inclusiva.

Ya Walter Benjamin había hecho hincapié en ‘Desembalo mi Biblioteca’:

…“qué sería de los libros, la música, el cine, etc. si no tuvieran vida, si se quedaran como productos. Qué tristeza si no son ‘consumidos’. Espacios como una biblioteca abierta a la ciudadania son urgentes y necesarios: crean futuro”.

Walter Benjamin, 1931