Descripción enviada por el equipo del proyecto. Villa Ortuzar es un pequeño barrio de la Ciudad de Buenos Aires, enclave de barrios más consolidados como Palermo, Colegiales, Chacarita y Villa Urquiza. Es un barrio de casas bajas, servicios educativos y deportivos con una situación aun sin atender de lotes tomados en la franja comprendida entre las calles Charlone y Giribone donde se emplazaría la nunca realizada, manga de la Autopista AU3 que conectaría la Av. Gral. Paz con la Av. Juan B. Justo. Por su locación y carácter, Villa Ortuzar es un barrio de alto potencial cultural, con buenas posibilidades de crecimiento futuro, pero con una cualidad semi-marginal en el presente. El público que busca Villa ortuzar es por lo general la nueva bohemia que desea alejarse de barrios más consolidados. Buscan emprendimiento de pocas unidades, bajas expensas, amplios y flexibles espacios, con soluciones de bajo mantenimiento pero extremadamente funcionales y un concepto estético que renueve el paisaje. Es un público que valora una estética racional pero sin brillos, una estética de materiales y texturas sin artificio y con mucho verde. Los consumidores de estos nuevos emprendimientos son, en general, profesionales ligados al diseño, actores estimulados por la corriente audiovisual que impera en la zona y en menor medida profesionales independientes de las distintas áreas que buscan desplegarse en la tranquilidad del ‘’un barrio’’ pero con las comodidades de estar cerquita de la gran ciudad.
Sobre un solar ubicado en la Calle Charlone, de medidas 8,66 x 26 y orientación Norte, el edificio está compuesto por dos volúmenes, uno al frente y otro al contra frente, relacionados entre sí por un núcleo circulatorio compuesto por puentes abiertos y balconeos internos. El cuerpo A contiene 6 Unidades y el cuerpo B contiene solo 3. Hacia adelante colocamos las unidades más pequeñas, compuestas por 3 departamentos flexibles de dos ambientes y 3 oficinas. Charlone es una vía de alta actividad vehicular y mucho ruido diurno, por eso optamos por colocar al frente las unidades mas operativas. Al contra frente ubicamos las unidades más grandes (familiares), ya que el pulmón de manzana tiene un carácter verde, silencioso y apacible. La fachada frente (orientación norte) es plana, mientras que el contra frente (orientación sur) es aterrazada para garantizar el máximo de luz en las unidades inferiores y generar situaciones espaciales en las unidades más cómodas.
Una planta baja semi-libre conecta los tres espacios guardacoches, el jardín interno (corazón verde) y el acceso peatonal. Hacia atrás ubicamos un departamento de 4 ambientes con un generoso jardín cómo expansión. El volumen del frente mantiene su composición de planta en los 3 pisos, de un lado las oficinas y del otro los departamentos de dos ambientes flexibles; mientras que el volumen contra frente va cambiando su composicion de planta generando aterrazados y tipologías diferentes. Estas tipologías propiciaron operaciones de vacío en los puentes circulatorios internos, balconeando entre sí y enriqueciendo el espacio común transformándo los puentes en lugares para estar. En la azotea jardín (orientación Norte) ubicamos un solárium con cascada, una larga mesada de hormigón para almorzar y una parrilla comun.
Usamos materiales nobles y de bajo mantenimiento. Los baldozones graníticos fueron usados como piso exterior de todo el complejo, generando una continuidad desde el cordón de vereda hasta el solárium de la Azotea. El hormigón, de encofrado fenólico, no fue revocado; no solo por economía de recursos sino como argumento compositivo, para exaltar la expresividad del material (material cultural por excelencia en la construcción de nuestro país). El aluminio y toda la herrería de la obra son negros; la mamposteria es gris de tonalidad media. Algunas terminaciones son de precision (herrería, aluminio y vidrio), mientras que otras son mas bien rústicas (hormigon, piedra y madera). Así utilizados, los materiales y sus colores generan fuertes contrastes (característica de la Arquitectura de nuestro estudio).
La Fachada Norte fue proyectada pensando en el asoleamiento. Diseñamos un sistema de parasoles de aluminio negro cuya separación y proporción fue estudiada acorde al ángulo de incidencia solar. En verano, para frenar los rayos del sol en los horarios de mayor afectación. En invierno para dejar pasar los rayos del sol, mas bajo y horizontal. El frente de mamposteria, detrás de los balcones fue pintado también de negro, para que en invierno los rayos solares pasen a través de los parasoles de aluminio y calienten los muros de fachada generando un efecto parecido al ‘’muro trombe’’. Los parasoles fueron colocados generando una composición dinámica que hacen de la fachada algo vivo, nunca estático. Esta composición simula un sistema de parasoles de paño móvil pero que en realidad son fijos para simplificar su mantenimiento en el tiempo. El sistema se completa con planos de vidrio de seguridad que provocan aberturas completas en el tamiz de aluminio. Son aberturas verticales de losa a losa para que los parasoles no se conviertan en las típicas rejas que actualmente vemos en las fachadas de la ciudad.
En planta baja el frente está compuesto por una faja continua y ciega de portones metálicos que no dejan ver el interior. Solo una banda de vidrios en el tercio superior de su altura deja entrar la luz y la vista de las copas de los árboles del nivel vereda. Esta decisión está determinada por la necesaria protección y preservación del mundo interior del edificio frente a la no resuelta marginalidad del mundo exterior. Entendemos a la arquitectura de hoy como un hecho complejo y cambiante que debe adaptarse a los procesos sociales del entorno. La arquitectura no puede hacer oídos sordos a lo que ocurre afuera y en su calle. Dependiendo de su situación particular debe participar de forma inclusiva y otras veces debe preservarse; lo que definitivamente no puede es ser indiferente, prejuiciosa y formal. No creemos en las decisiones automáticas y repetitivas, la arquitectura debe tomar posición de forma activa, resolviendo los problemas eternos-funcionales proponiendo respuestas creativas y flexibles; porque los cambios en la sociedad de hoy son vertiginosos, la Arquitectura no puede ser definitiva.