La capital francesa es el primer destino de turismo mundial que dejará de ser la "Ciudad de la Luz" a partir de Julio del 2013, pero sólo entre la una y las siete de la madrugada. Esto se debe a que la Ministra de Energía y el Medio Ambiente, Delphine Batho, dictó una medida que ordenara apagar las luces de los escritorios, tiendas y edificios públicos localizados principalmente en Champs-Élysées y la Avenida Montaigne, para optimizar el uso de la energía eléctrica.
Desde su anuncio en el comienzo de Diciembre del año pasado, el programa ha generado polémicas y ha encontrado sus primeros críticos entre los comerciante y empresarios turísticos de la ciudad, que consideran que "el gobierno es insensible a la imagen de Francia como primer destino turístico mundial".
La idea original surge durante el mandato de Nicolás Sarozky, que tenía como objetivo reducir el 20% del consumo de energía para el 2020. De hecho, desde Enero del 2012, las oficinas y tiendas del centro de Paris debieron apagar las luces de neon instaladas en sus fachadas entre 01:00 y 06:00 de la mañana.
La extensión de horario para este año fue justificada por Batho como una muestra de "sobriedad", pues "mientras más se produce, más se consume" en referencia a la generación de energía. No obstante, Sofy Mulle, vice-presidenta del Consejo de Comercio en Franciaa, dice que: "Estamos dispuestos a hacer esfuerzos, pero el gobierno camina sobre una fina línea entre la sobriedad y la austeridad. Sin lugar a dudas, podemos encontrar soluciones positivas para el medio ambiente que tienen menos impacto en la sociedad y la economía."
O que tendrá que ser evaluado en los próximos meses en que ese programa de "sobriedad" no afecte a las caminadas nocturnas de los turistas - que llegan a 8,5 millones durante 2011 considerando sólo a aquellos que se quedaron una noche en la ciudad - y los habitantes de París que turistean por lugares emblemáticos, cafés y lugares típicos de la capital francesa.
Claude Bolle, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro de la ciudad, no está de acuerdo con la propuesta porque "a pesar de ser millones de personas que caminan por la ciudad en medio de la noche, la luz proporciona seguridad a quienes lo hacen." Por otra parte, considera que con este programa, los compradores emigran a otras ciudades como Berlín, Londres o Madrid, ya que París se está convirtiendo en un "museo".
Para Batho, la medida no genera grandes cambios en la imagen de la ciudad, porque los 304 monumentos que existen en Paris, entre estatuas, plazas, iglesias, puentes y otros, ya apagan sus luces por las noches. Como la Torre Eiffel, que se ha mantenido fuera desde la una, después del último juego de luces.
Mientras que el anuncio del programa fue rechazado desde el inicio, hay que tener en cuenta los beneficios a largo plazo que este programa tendrá en el medio ambiente, ya que la contaminación lumínica disminuirá considerablemente, pues los gases generados por la iluminación serán reducidos, así como el brillo en la atmósfera y evidentemente, el gasto de energía.
Con esto, un sector de Paris estará apagado durante un período mayor a lo que propone el evento anual de "La hora del Planeta", en que más de 6.500 ciudades en el mundo apagan sus luces durante una hora para tratar de combatir el cambio climático.