Venecia está permanentemente haciendo noticia, ya sea por su valor histórico y cultural, como por las constantes inundaciones que amenazan el futuro de la ciudad. Hace algunos meses en la Bienal de Arquitectura se encendió una nueva polémica, que no tiene que ver con las edificaciones que se pueden perder, sino con una nueva construcción que amenaza con romper la armonía del entorno, el Palacio de la Luz, un rascacielos de 255 metros de altura (150 m. más alto que San Marcos) diseñado por el modisto francés Pierre Cardin, emplazado en la zona portuaria de Marghera, en el extrarradio de Venecia.
El rascacielos pretende revitalizar la orilla de la laguna opuesta a la isla de Venecia, una zona portuaria degradada por la contaminación industrial. El proyecto cuenta con 250.000 metros cuadrados que incluyen 3 torres curvas con una universidad de la moda, tiendas, vivienda, oficinas, hoteles y restaurantes, unidas por 6 discos de espacios públicos y un parque, “Una ciudad vertical, una escultura habitable que va a lanzar Venecia hacia el futuro”, con cero emisiones y bajo consumo de energía gracias a un sistema integrado fotovoltaico, eólico y geotérmico.
Para el desarrollo el modisto cuanta con el apoyo en ingeniería de su nieto, Rodrigo Basilicati, el estudio Altieri de Vicenza y además es respaldado por el alcalde Giorgio Orsoni, quien aseguró que "vender esa tierra a Cardin nos conviene", la venta del terreno podría significar un ingreso de hasta 30 millones de euros para la ciudad, y los impuestos al desarrollo urbano podrían alcanzar los 80 millones de euros, según funcionarios municipales. Al mismo tiempo algunos residentes de Marghera ven en el Palacio de la luz una salida para los problemas en los que se han visto por la mala calidad de vida, la contaminación y la falta de empleo.
Sin embargo, no todos ven el panorama tan brillante, existe un gran grupo que se opone a la construcción, habitantes, historiadores y arquitectos quienes consideran que el impacto visual será nefasto para la isla, los más conservadores incluso lo consideran una profanación a la historia. Autoridades de la UNESCO, entre ellos el encargado de cultura, Francesco Bandarin, asegura que si la torre se construye, la ciudad podría ser sacada de la lista de Patrimonios de la Humanidad .
A sus 90 años con una exitosa carrera en el mundo de la moda Cardin declara "He llegado a lo más alto de la moda. Soy dueño de varios chateaux, barcos, arte (…) ¿Qué más puedo hacer?" sin hijos ni herederos, decidió “regalar una torre de luz a la ciudad”, con la que tiene una especial relación ya que nació en San Biagio di Callalta, en la provincia de Treviso, y es de padres vénetos.
Sin embargo su “regalo” va más allá de un legado personal, estamos hablando de un proyecto que altera por completo la armonía de la isla, va incluso más allá de la estética, ya que existe un delicado equilibrio entre agua y tierra - resguardado por una ley que prohíbe construir a menos de 300 metros de la costa de la Laguna - que debe ser estudiado. Este proyecto en particular no puede ser pensado sólo como una revitalización de una zona industrial degrada, ya que el valor de su entorno sobrepasa esa condición, por lo mismo en su diseño deberían integrarse expertos en la materia.
Durante este año la Superintendencia deberá comunicar si permite o no la construcción del Palacio de la luz o si la historia y el valor cultural de Venecia pesan más que el legado de Cardin.
