Museo de la Radio Luis del Olmo / Landia Arkitektura

Escrito por Fernanda Castro

La propuesta de Landia Arkitektura para el concurso de diseño para la ampliación del Museo de la Radio “Luís de Olmo” de Ponferrada, es un edificio resultado de las condicionantes urbanísticas y programáticas, que se manifiesta con una expresión arquitectónica potente y contemporánea.

Mas imagenes de este proyecto a continuación.

La abstracción de la forma se proyecta múltiples veces como la propagación de una onda de radio, lo que unido a su materialidad compacta en pizarra, evocadora de construcciones atávicas bercianas, constituye la identidad arquitectónica que la distingue a la vez que la integra en su entorno. La fachada hacia la calle Gil Carrasco es masiva en dialogo con la amplitud del espacio y la presencia del castillo. La relación con la estrechez de la calle Comendador se resuelve mediante una apertura oblicua que ensancha la calle y acoge al viandante.

En todo caso se abren visuales estudiadas a los puntos de interés del entorno, en intima comunión con la circulación de los espacios. La conexión con el museo actual, a través de una liviana pasarela acristalada, contribuye a conformar el espacio central que comunica las dos calles, abriéndose visualmente al patio del cerezo para unificar el conjunto del museo. Este espacio tiene la doble condición de público y privado. La acotación del patio del cerezo se consigue mediante un foso que, en asociación con el del fondo de la parcela, proporcionan luz a las dos plantas inferiores.

La nueva ampliación extenderá la superficie expositiva permanente sin trastocar la organización del museo actual. Las conexiones entre los distintos volúmenes mediante sutiles pasos no desvirtúan la relación entre edificios e intersticios. Las exposiciones temporales gozan de autonomía con respecto al resto del museo gracias al acceso propio desde la calle Comendador. La salida del museo, a través de un uso mixto de tienda y cafetería, potencia el uso del patio del cerezo. La planta de sótano, que alojará usos de servicio, se organizará en función de las terminaciones concretas finales. La casa torreonada se considera amortizada. Aquellos elementos que se estimen de interés, a juicio de los responsables municipales, se integrarán en la nueva edificación en una anastilosis contrastada con el nuevo edificio, poniendo en valor estos vestigios como testimonio de la anterior edificación.