- Área: 55 m²
- Año: 2012
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Fotografías:José Oller
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Dentro de los condicionantes que suponen en una reforma las preexistencias, en este proyecto rompía el rectángulo limpio, que hubiera supuesto la planta, un pequeño patio de instalaciones. Para integrar su volumen se generó una franja de espacios auxiliares de la vivienda (ducha, inodoro, lavadora, nevera y almacenaje) a modo de compartimentos. A medio camino entre espacio y mueble. Gracias a este gesto ganaba el resto de la vivienda en la limpieza de los dos espacios principales, que se benefician del enclaustrado de esas piezas secundarias generando espacios abiertos a la circulación y a las vistas.
Se mantuvo de las preexistencias un tabique que partía la planta en su mitad. Incluso se enfatizó este corte prolongándolo con tabiquería seca y con una amplia corredera, integrada en el grosor del tabique, que en su versión cerrada termina de delimitar dos ambientes.
Así excluidas del espacio las pequeñas piezas gracias al mueble de servicios y con este corte en mitad de la planta, el piso básico se compartimenta en dos únicos espacios: siguiendo literalmente el discurso clásico de zona de día y noche, o espacio público y privado, o más concretamente salón y suite.
La zona de dormitorio cuenta con dos tabiques exentos con diferentes usos anexados a ellos dependiendo a qué cara den. Sin cerrar físicamente los espacios, estos tabiques crean filtros visuales de privacidad y reparten los usos.
En el espacio de día, la cocina se inserta en un mueble bajo con estante que recorre toda la planta cambiando su uso a mueble de tv. Su colocación en el rebaje que deja la estructura de pilares apantallados del edificio permite integrar su volumen. Hecho que se enfatiza enrasando los zócalos con dicho desnivel y presentando el mueble en voladizo.
En este proyecto se ha perseguido que el condicionante de un presupuesto muy ajustado en vez de un elemento limitador fuera el hilo conductor de lo básico como filosofía. Huyendo de las apariencias y los efectismos, en vez de bajar las calidades éstas se han mantenido en un nivel siempre correcto, empleando trucos en los sistemas constructivos y esforzándose el equipo al máximo para sacar adelante un proyecto sincero, en el que el lujo está en los encuentros entre materiales, las circulaciones, las vistas cruzadas y en los espacios, elementos sin precio que provee la arquitectura.
Es un proyecto desnudo, que con la sinceridad de sus materiales básicos viste su personalidad: suelos de cemento, madera de pino, puertas de armario, ausencia de herrajes sofisticados o de zócalos y pintura o baldosa blanca como acabado.