Descripción enviada por el equipo del proyecto. Muelle Guanay
El proyecto busca dar una respuesta al bajo índice de trabajo que poseen los boteros y pescadores de la zona (a causa del terremoto-Tsunami del 18 de Marzo del 2010) y, al mismo tiempo, revelar una importante identidad histórica casi olvidada. El muelle esta ubicado en el Río Maule, específicamente en Rancho Astillero. El sitio de construcción fue elegido por su importante carga contextual, antiguo hogar de Jesuitas,”constructores del Falucho”; última embarcación del Guanay y símbolo de la ciudad de Constitución. El guanay fue un reconocido navegante fluvial, el cual vivió durante el apogeo de la navegación, trazó líneas en el valle central y fue el contenedor de técnicas constructivas y métodos en la navegación.
En la actualidad el Guanay junto con la navegación fluvial son sólo un distante recuerdo, el cual pretende cobra vida con el muelle cuya reminiscencia se mantiene latente en la esencia del muelle. Cada elemento, representa a cada uno de los navíos en el cual navegó. Cada pieza, labrada por un antiguo maestro de ribera, tiene el mismo diámetro que las quillas empleadas en los faluchos, lo cual proyecta una lógica constructiva propia del sector.
En verano el muelle provee de circulación al turista y permite dar el primer paso a la activación del lugar, otorgando una mayor infraestructura para el botero. En invierno los paneles que cubren las cuadernas se retiran, quedando el muelle al descubierto. Solo se revela su esqueleto en memoria de las quillas y cuadernas de las antiguas embarcaciones. El Muelle Guanay rescata la memoria del navegante, siendo un punto de flote para la herencia colectiva, la cual llamamos identidad.
Proceso Constructivo
Rancho Astillero, antiguo astillero habitado por Jesuitas y actual estación del Ferrocarril “El Ramal” esconde en su interior un pequeño bosque de Cipreses a la orilla del Río Maule, este bosque permitió el labrado “in situ” de cada una de las piezas del muelle.
El lugar de construcción era accesible solo a través de bote (Río Maule), ferrocarril (El Ramal) y caminos interiores sobre la montaña. Esto provocaba dificultades cuando se necesitaba de materiales, energía eléctrica y otros elementos que normalmente se utilizan en el proceso de obra. A causa de esto, se adapto el método constructivo, se usaron las técnicas de antiguas embarcaciones de ribera, se debió emplear una tecnología pasada.
La participación de un maestro artesano (Don Hugo Contreras, 74 años) que a través de sus herramientas de trabajo; la Motosierra y el formón logró confeccionar cada pieza y empalme hasta llegar a un estado óptimo para el montaje. Cada pieza debía tener sus empalmes antes del montaje para evitar contratiempos a causa de su peso y longitud.
En paralelo a la confección de las piezas, el segundo equipo de obreros cavó los pozos de las fundaciones. La complejidad que de esta etapa fue la cercanía con el borde del río, ya que no se contaba con motobomba. Se utilizó el margen de marea baja, durante el cual con la pieza ubicada en el pozo se vació el hormigón con el acelerante.
Durante el proceso de fraguado, se mantuvieron los pilares a plomo a través de vientos, atados a los Aromos que rodeaban el lugar, cada pilar con sus vientos atados en los arboles evoco una suerte de “izar velas”.
Terminando el fragüe, se continuó con la ubicación de las vigas empalmándolas a los pilares a través de hilos y tuercas de 3/8” y 1/2” galvanizado. Una vez terminado el esqueleto, sólo faltaba el elemento que proporcionaría función, la construcción de los paneles de circulación.
Los paneles removibles que se posaron en el esqueleto de Ciprés se componían de vigas de 2x6” y entablado de 1x2” de pino impregnado. Se utilizó este entablado tan “fino” en comparación con el esqueleto para proponer un contraste, el panel es la función sobre esta huella histórica.