Arquitectos: Josep Ferrando
Ubicación: La Barceloneta, Barcelona, España
Fotografías: Adrià Goula
Área Proyecto: 500.0 m2
Contribuyentes: Roman Ortega, Christian Sintes, Ferran Laguna
Cliente: Angel + Cisco
El programa se divide entre las dos plantas existentes, en la planta baja un ambiente más informal, y en la parte superior, el restaurante Michelin.
La planta baja se conforma como un continuo de la plaza, con una gran abertura en el frente y un suelo de hormigón continuo, convirtiéndose en un espacio puerta entre el público y el mercado. El diseño crea dos espacios, a ambos lados de la circulación de personas: uno abierto, donde el diseño de las cocinas en perpendicular promueve el espectáculo de cocinar, y uno cerrado hacia la zona sucia con acceso desde el servicio exterior. La iluminación a lo largo del lugar refuerza la idea de continuidad, convirtiendo la plaza en un restaurante y éste en una plaza.
La primera planta se consigue mediante un gran espacio armario, situado asimétricamente en la habitación, creando cuatro lugares entre el perímetro de las fachadas y las cuales nunca toca, de manera que los contenedores y el metal tienen continuidad. La planta, con referencias a las fotografías aéreas de los campos, indica la importancia de la materia prima del restaurant, mientras que las alfombras generan tres intensidades de gris que individualizan el espacio de cada mesa, evitando la sensación de gran comedor.
Las paredes pintadas de negro refuerzan el sentido de la infinitud del espacio público. En la planta baja, se enfrenta una gran pizarra negra, mientras que los fragmentos de la primera planta se enfrentan para ubicar el mobiliario necesario, dejando dos grandes aberturas que dan continuidad visual a la cubierta en el espacio de doble altura. Estos muebles se encuentran enfrente de las lucarnas para aumentar la luz que viene desde abajo. La materialidad de la propuesta busca mantener el carácter industrial del mercado, utilizando placas de acero y hormigón.
Las soluciones arquitectónicas para distribuir el programa son tanto la luz y la respuesta acústica del espacio. La lámpara se soluciona con una placa de acero pintado de blanco y perforados de acuerdo a un mosaico que recuerda la configuración tan característica de la zona donde se encuentra el restaurante. Detrás, telas perforadas absorven acústicamente y difunden la luz.
La posición superior e inferior de las luces generan un diálogo entre lo estático (el proyecto) y lo dinámico (el usuario):
- Mayor intensidad de luz en el tiempo que se está de pie (dinámico) y oscuridad cuando nos sentamos (estática)
- La unión inferior da ligereza y flotabilidad a la lámpara situada en el interior de la cocina y baños
Los tonos grises de la primera planta se repiten en los manteles de las mesas, como si fueran parte del piso, mientras que la planta baja ofrece un color único, el naranja, que cualifica los diferentes tipos de espacios. Este color está siempre a la altura de los ojos de una persona sentada en las sillas y taburetes. La lámpara blanca de pared está a una altura de sólo 2,80, desde la cual el negro quita espacio para la instalación.
