Arquitectos: Killian Doherty | Architectural Practice Ubicación: Kimisagara, Kigali, Rwanda Año Proyecto: 2009 Fotografías: Killian Doherty
Área Proyecto: 200 m2 Contribuyentes: Kevin Gannon, Seung Jin Ham, Rui Peng, Tiffany Lau ,Axel Stelter, Luvuyo Mfungula Consultores: Richard Ngendahayo (Eco Design), Francis Hillman (Phaesun), Sierra Bainbridge (MASS Architects), RDB (Rwandan Development Board), REMA (Rwandan Environmental Agency), Donna Rubinoff (One Stop Centre, Nyarugenge District) Lars Fischedick (Architecture workshop, Cape Town) Arquitectos Del Registro: Doryne Ahimbisibwe, Simon Karimba and Emmanuel Odihambo of Lakes Consortium, Kigali, RwandaA
Hoy en día, los grupos étnicos de Rwanda siguen luchando con las consecuencias del genocidio de 1994. En la búsqueda de justicia y una convivencia pacífica, la organización Espérance lucha contra la división étnica de la población a través de programas educativos y sociales, estableciendo el plan “Fútbol por la Paz y la lucha contra el SIDA” en el año 2002.
La organización no solo utiliza el fútbol como una herramienta para la reconciliación, sino también para facilitar la capacitación y educación para los jóvenes locales. El centro propuesto se encuentra en el poblado de Kimisagara, el más denso del país, con alarmantes tasas de deserción escolar.
El sitio, ubicado en el mismo terreno de una escuela local primaria (ecole primaire de Kimisgara) está situado al lado de un curso de agua y un humedal estacional propenso a las inundaciones. El plan es el diseño de una cancha de fútbol de tamaño medio y un centro comunitario con vestuarios, espacios educativos y un espacio de encuentro multi-funcional.
Respondiendo a las empinadas colinas, densamente pobladas, se le dio un importante papel al techo como la “quinta fachada”, entregándole una identidad el edificio y haciéndolo destacar dentro del barrio como un espacio para la comunidad.
La ruta informal a lo largo de las orillas del canal conecta el centro social propuesto con las instalaciones públicas y el distrito residencial. Esta ruta es de mayor importancia para la comunidad que la rodea, ya que permite el acceso a una fuente de agua para lavar la ropa y bañarse, además de funcionar como un espacio público para la venta ambulante informal y un área de entrenamiento para los conductores de moto-taxis.
Las funciones del edificio principal están contenidas dentro de un volumen simple y de bajo costo, mientras que el techo y sus aleros entregan sombra, definiendo nuevos espacios comunes al aire libre. Estos aleros además se aprovechan para la captación del agua de la lluvia.
Una vez capturada, el agua del techo se almacena y se filtra para su consumo, el lavado de ropa y el riego. A través de este sistema de baja tecnología se espera captar 2,6 millones de litros de agua y demostrar que este sistema puede ser fácilmente replicado localmente.
Los contenedores de acero que se usaron para el traslado de los accesorios deportivos desde Europa, se reutilizaron como bodegas de almacenamiento y una torre de agua equipada con células solares que impulsan las bombas de agua. La cancha se ilumina con energía solar a través de luces LED, permitiendo la realización de partidos en la noche, cuando baja el calor.
El edificio optimiza las vistas hacia y desde la superficie de juego, pero se mantiene la privacidad mediante la disposición de ventanas altas, facilitando a su vez la ventilación cruzada de las habitaciones. Los voladizos profundos al norte y al sur ayudan a enfriar los espacios interiores. El uso del hormigón se ha minimizado para reducir los costos, optando por piedra de la zona y ladrillos de tierra comprimida.
Finalmente se plantó un nuevo bosque de árboles autóctonos para restaurar el borde ribereño, para entregar sombra, conservar los suelos y la escasa vegetación del lugar.