Desafortunados han sido los dichos de Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid:
Alcalde: “¿El ayuntamiento? Ah, esa cosa. Pues tiene premios, presidenta. Tiene premios de arquitectura.Esperanza Aguirre: ”La única ventaja de la crisis, que se acabó”.
Alcalde: ”Sí, sí, creo que se hizo con Prisma”
Esperanza Aguirre: ”Yo no he visto nada más feo”.
Alcalde: “¿No te gusta?”.
Esperanza Aguirre: ”¡Cómo me va a gustar, en lo recóndito de una plaza como esta!”.
Alcalde: ”Pues, pues esos son los arquitectos de la Comunidad”.
Esperanza Aguirre: “Ya, es que habría que matarlos”.
Alcalde: “Les dan premios”.
Esperanza Aguirre: “Mario, que es muy burro (dirigiéndose a una persona que tiene al lado) ¿Tú sabes por qué habría que poner pena de muerte? Me caen mal los arquitectos porque sus crímenes perduran más allá de su propia vida. Se ha muerto y ahí nos ha dejado esto”.
Alcalde: ”Sí, si te acercas a la Iglesia, lo que han hecho en la Iglesia…”.
De esta manera se expresó sobre la Casa Consistorial de Valdemaqueda (1998), obra de la oficina madrileña Paredes Pedrosa que incluso fue premiada en la V Bienal de España del 99. Además, este despacho es coordinador de uno de los eventos de arquitectura más importantes de este mes, la BIAU que se llevará a cabo en Cádiz.
Hemos recibido decenas de emails alertando sobre esta situación, y cadenas de correos pidiendo que los arquitectos españoles exijan a sus colegios profesionales que actúen frente a esta situación, que deja muy mal parado al gremio frente al resto de la sociedad en un país donde la arquitectura, si bien en crisis por el contexto económico, siempre ha tenido una fuerte relación con la ciudadanía.
Durante la mañana de hoy @EsperanzAguirre ha pedido disculpas a través de Twitter.
