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La New York High Line, obra de las oficinas Diller Scofidio + Renfro y James Corner Field Operations, es uno de los proyectos más relevantes y de mayor impacto social y mediático que se ha realizado en Nueva York en el último tiempo.
Lo interesante, novedoso y rescatable del proyecto es la operación de transformar la West Side Line, una línea elevada de ferrocarril, abandonada y obsoleta, en un paseo peatonal en altura con un interesante trabajo paisajístico y de preexistencias asociadas a esta infraestructura.
El proyecto se extiende por el barrio de Chelsea hasta el Meatpacking District contribujendo a la renovación tanto de los bordes, como de los edificios que se encuentran sobre la propia línea, apareciendo también nuevas construcciones como el Hotel Standard o Edificios de Departamentos.
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Las operaciones de proyecto son precisas; la construcción de un paseo peatonal, al que se van intercalando una serie de elementos como rieles, asientos, reposeras móviles que hacen de la experiencia y el estar en el paseo algo excelente. Toda la longitud va siendo acompañado por vegetación y matorrales, pero no en la lógica de un parque o plaza planificada, sino más bien como de preexistencias, con un carácter más casual y esporádico, como si se fuera caminando por un camino rural o el campo.
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El paseo se va acompañando por una serie de vistas en altura de diferentes calles y edificios, de modo que pone en valor y hace aparecer una cara de la ciudad hasta entonces desconocida.
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Un aspecto que me parece muy relevante es la variación estacionaria que tiene el proyecto. En esta primera oportunidad me interesó mostrarles el proyecto en invierno, donde aparecen colores y follajes más apagados, propios de la época y del clima, lo que habla también de una correcta contextualización del proyecto y la posibilidad de convertir la High Line en una atracción y una experiencia imperdible. Finalmente e independiente del frío que pueda hacer el proyecto es muy usado a las diferentes horas del día, lo que habla no sólo de un buen diseño, sino que también se entendió bien el problema en cuestión y se dió una respuesta acertada, precisa y poco obvia.
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