Riccardo Mariano diseñó esta propuesta para el Centro de Educación y Prevención de Desastres en Estambul como un reflejo del fenómeno natural, el terremoto. El sitio circundante se levanta como la estructura de un volcán. Desde el interior, luces coloridas emergen hacia arriba, un reflejo de la energía creada por el hombre. A pesar de que el paisaje cercano contiene un arroyo y mientras el norte tiene infraestructura civil, el edificio está ubicado sobre una superficie topográficamente plana permitiendo que el centro de bajo perfil emerga visualmente.
La fachada interior consiste de dibujos los cuales fueron derivados de un típico patrón islámico, basado en una grilla hexagonal. El sistema modula la luz, agregando color mientras pasa por distintas densidades. La luz incorporada se hace más fuerte medida que se acerca a la cima, lo que permite que sea vista desde la distancia por la noche.
Estructuralmente, cada sector funciona como una entidad independiente, conectada con la siguiente mediante grietas y juntas. Este principio es basado en la observación de la geometría de las fracturas en materiales sólidos. En general, el edificio es una masa fragmentada hecha en base a simples sub-estructuras. Por fuera, la grava del entorno del sitio es continua hacia la fachada. El material actua como una instalación para el control de ruido y temperatura, mientras que visualmente se integra al paisaje.
Vía: eVolo