- Área: 62 m²
- Año: 2008
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Fotografías:José Hevia
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Cuando se comienza a proyectar la reforma en la antigua vivienda del portero de la finca, aún no se sabía exactamente a que se iba a dedicar este lugar. Podría ser una vivienda para estancias cortas en la ciudad, una oficina, o algo que permitiese ambos programas. En cualquier caso si se tenía claro lo que se pretendía conseguir a partir de un espacio poco convencional.
Son dos los puntos de partida en la elaboración del proyecto. Por un lado, el patio de uso privado que se sitúa a lo largo de la pieza, y por otro, las instalaciones a la vista de las redes de agua y calefacción que se descuelgan del techo y recorren la pared opuesta al patio.
De este modo surge la distribución de la planta: Una banda de espacios servidores e instalaciones adosados a la pared opaca y la máxima apertura a la parte iluminada por el patio. Se abren los huecos de las ventanas hasta convertirlas todas en puertas, se llevan las carpinterías al exterior para aumentar la sensación de espacio y se hace un espacio único con la posibilidad de dividirse mediante paneles deslizantes.
El patio debe aportar gran parte de la singularidad a este espacio. Se convierte en un lugar luminoso, de paredes blancas con superficies de vidrio frente a los huecos que reflejan los usos interiores, suelo de madera y la posibilidad de proporcionar un exceso de iluminación artificial mediante las luminarias continuas que recorren los lados largos del mismo. Esto nos ofrece la sensación de que, situados en el interior y sin luces encendidas dentro, un supuesto sol entre hasta los espacios cerrados de este lugar.
A lo largo del proceso de construcción, y tras varias modificaciones de proyecto, este espacio terminó siendo un espacio muy específico para un habitante genérico.